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domingo, 7 de julio de 2013

Jeff the killer - Blood and Darkness IV

(fanfic Jeff the killer)




Capitulo 4 - Insanity Song

El vecindario descansaba tranquilo. El sol se ponía en el horizonte, con los colores de la muerte que teñían el final del atardecer. Hubiese sido un día hermoso de no ser por las nubes que indicaban la llegada de la tormenta. Parecía increíble que no lloviera durante la mañana, aunque era una desgracia para algunos el hecho de que se pusiera a llover en ese momento. Cuando menos lo necesitaba el joven asesino, las calles se llenaron de charcos que dificultaban su camino y se mezclaban con el reguero carmesí que dejaba a su paso. Jeff respiró con dificultad, apoyándose en un muro de ladrillo mientras trataba de seguir huyendo por las callejuelas, llevando en una sola mano ambos cuchillos que ahora le acompañaban fielmente, mientras que con la otra intentaba taponar la herida de su pecho. Pero no podía evitar desangrarse por la herida de su espalda. 
Se escondió en un callejón sin salida, cayendo por culpa del agotamiento a la entrada de un edificio mugriento y maloliente. Aun en el suelo, se replanteaba todo lo que había ocurrido y de la suerte que estaba teniendo en esos momentos por llegar hasta allí al menos, lejos de los policías. Se puso a llover mientras lo rememoraba: Justo en el momento que cayó, tras saltar la valla, Rodó por el suelo sin poder evitarlo, derrapando por la pendiente que había detrás de la casa donde había cometido sus crímenes más recientes. Consiguió levantarse, sin apenas aliento, la bala le había perforado uno de sus pulmones lo más seguro. Aun así no podía quedarse parado en ese momento.
La sangre brotaba de su boca y sus heridas a un ritmo alarmante. Se llevó una mano al pecho profiriendo un gruñido de puro dolor, que le obligó a toser. Ni siquiera le dio tiempo a restregarse el rostro con la manga de su sudadera ensangrentada, cuando vio a lo lejos como los guardias se precipitaban a por él, saltando la cerca.
- Mierda... - Dijo nada mas verles, poniéndose en marcha con dificultad. Sentía que estaba perdido, veía su final en cualquier momento, incluso al doblar una esquina lejos del crimen. Paró a la penumbra de una callejuela, ocultándose en las sombras, con la espalda en la pared. No podía parar de jadear intentando recuperar el aire que no llegaba a sus pulmones. Escuchó una serie de pasos rápidos que se acercaban a su posición e instintivamente sacó uno de sus cuchillos dispuesto a matar de nuevo. En cuanto vio la sombra del extraño alzó el arma conteniendo el aliento y fue a bajarlo a la espalda de su victima, pero paró en seco. Un niño pasó feliz justo al lado de Jeff sin apenas percatarse del asesino y de lo apunto que estuvo de perder la vida. El cuchillo resbaló de manos de Jeff, cayendo al suelo con un fuerte ruido metálico sobre los adoquines. El pequeño se dio la vuelta al escuchar el sonido y el demente le miró con los ojos más abiertos si podía, con un sudor frío mezclado con sangre que bañaba su rostro marmóreo. Por suerte el niño no podía verle bien si no se acercaba y cuando este quiso acercarse, Jeff cogió el cuchillo y volvió a correr, alejándose del allí.
Escogió un mal camino desde luego. Nada mas salir de la callejuela se encontró con dos de los guardias que le perseguían.
- ¡Alto! - gritó uno de ellos reconociéndole al instante. Jeff dio media vuelta justo cuando ambos policías abrieron fuego contra él de nuevo y pudo servirse de las paredes para librarse de las balas. Jadeó de nuevo, sacando ambos cuchillos esta vez, con una sola mano. Estaba preparado para contraatacar cuando de repente su respiración se apagó, cayó al suelo de rodillas, agonizando con la cabeza hacia el cielo en busca de oxígeno. Luchaba por sobrevivir y, por si no fuera poco, sintió el frío metal de una pistola sobre su sien.
- te tengo, bastardo - dijo el policía haciendo una señal con la mano a su compañero. Jeff agonizó sin poder proferir ni siquiera un simple alarido de dolor - este tío está muerto ya - rió quien le tenía entre la vida y la muerte - desde luego tuviste buena puntería hermano -
- Her...Herma...Hermano... - consiguió decir Jeff tosiendo sangre en el suelo y logrando recuperar el aliento por fin. Se echó a reír.
- ¿de que te ríes demonio?, pagarás por tus críme... - Antes de que pudiese terminar la frase Jeff le golpeó en la mano con los mangos de ambos cuchillos, haciendo que el policía soltase el arma, y le agarró del cuello para hundir las afiladas hojas en el cuerpo de quien afirmó "atraparle". El otro agente disparó tantas veces como balas había en su recámara; por desgracia o por suerte para Jeff, ninguna de sus balas atravesó el cuerpo del asesino. Jeff se había puesto a cubierto detrás del cadáver del otro policía, dejando que su compañero le rematase a balazos. Cuando lo dejó caer rió a carcajadas y se puso cara a cara contra el policía.
- ¿eres quien me ha disparado?, - dijo escupiendo al suelo, al lado del cadáver - un gusto
conocerte...
- No...No,no... - el asustado guardia, sacó su porra para poder prepararse para lo peor, pero apartar la mirada de su atacante fue un gran error. Jeff saltó encima suya y le atravesó el cuello con todas sus fuerzas. En su último aliento, el agente consiguió darle con su arma en un costado, pero el frenesí de matar era mas fuerte en Jeff que el propio dolor en ese momento.
- Go...To... Sleep...

Así fue como terminó en aquel callejón sin salida, tirado en el suelo y presa del agotamiento mientras la lluvia pegaba su mata de pelo negro a sus destrozadas mejillas blanquecinas. Intentó cerrar los ojos, molesto por las gotas que le caían directamente, pero finalmente se vio obligado a yacer boca abajo si quería lograrlo.
Un gran charco de sangre se formó debajo suya, mezclándose con las lágrimas del cielo. No pudo evitar recordar al niño que había visto en su huida. El pelo castaño... Ojos grandes de color verde...
- Liu... - susurró el nombre de su hermano como si aquello fuese sus últimas palabras. Pero Jeff no pretendía rendirse, era más poderoso que la misma muerte, no podía quedarse allí tirado como un crío asustado. Hizo ademán de querer volver a levantarse, gritando de dolor mientras hincaba una rodilla en el suelo y se impulsaba con ambas manos, como si le pesase demasiado su propio cuerpo. Tras varios intentos logró ponerse en pie, tambaleante. Se giró dispuesto a proseguir con su carrera hacia ninguna parte. Nada más dar un paso resbaló, golpeándose contra la puerta del portal, de medio lado y agonizando.
- Tengo que... Seguir... - dijo intentándolo de nuevo, pero la puerta se abrió de golpe.
Por suerte no acabó en el frío suelo, sino que alguien evitó que cayese. Jeff alzó los cuchillos intentando protegerse y su salvador le soltó de golpe profiriendo un "oh dios mio". Al menos Jeff pudo ver su rostro, el cual se volvió sombrío y borroso antes de que el asesino se desmayase por completo.
Jeff apenas soñó con algo, o si lo hizo no lo recordó con exactitud; pero si sentía como alguien le arrastraba, como le llevaban a algún sitio, el cual no veía pese a tener los ojos eternamente abiertos. Luego dolor, un inmenso dolor que le recorrió todo el cuerpo. Estaba como en una especie de trance, flotando en un infinito abismo negro sin poder interactuar con la realidad.
- Que horrible... - escuchó cerca suya la voz fina y calmada de la fémina, mientras su dolor se apaciguaba por alguna razón. Tras aquello se desvanecieron las sensaciones que pudiera tener en ese momento, ya no sentía nada en absoluto y descansó, creyendo que no volvería a "abrir los ojos"; aunque logró despertar una vez más. Cuando su mente le dejó salir del abismo oscuro, se encontró con que descansaba en una
cómoda cama, en una habitación decorada por un millar de posters de grupos de música de todo tipo por sus paredes y un armario lleno de fotografías colgadas de sus puertas.
- ¿Que... Mierda es... Esta...? -exclamó al mirar a su alrededor, notando algo extraño adherido al rostro. Al parecer su eterna sonrisa había sido tapada por gasas y esparadrapo, un vendaje poco elaborado, pero efectivo. También recayó en que no llevaba su sudadera puesta, sino que unas vendas le recorrían el torso, un poco ensangrentadas por su herida de bala.
La única ventana del cuarto le advirtió que ya era de noche y quiso incorporarse para salir de allí, pero no logró su objetivo. Echó el rostro hacia atrás en la almohada y gritó de dolor.
- no te levantes - le advirtió aquella misma voz que habló cuando dormía, en la penumbra de aquel
cuarto. - No estás en condiciones de moverte -
- ¿eh? - Miró hacia el origen de aquella voz, que apareció ante él desde las sombras. Era la misma chica que vio antes de desmayarse, una muchacha de su misma edad, bastante guapa, con traje de lolita y el pelo negro hasta la cintura, acentuando unos grandes y bellos ojos azules. Parecía una perfecta muñeca viviente.
- Te han tenido que dar una buena paliza para dejarte el rostro así ¿Que te ha pasado? -
Preguntó la chica, pero Jeff no respondió, tan solo luchó por separar su espalda del colchón, sintiendo gran dolor. - tranquilo, tranquilo, aquí estás a salvo no necesitarás ni tus cuchillos para defenderte, cuidaré de ti -
- "una de dos... O piensa que soy idiota o es idiota..." - pensó jeff, gruñendo un poco por el dolor.
- venga, solo quiero ayudarte, no seas como un perrito asustado - sonrió la chica.
- ¿asustado yo...? - chasqueó la lengua - Creo que no tienes ni idea de quien soy...
- Un chico que no ha tenido mucha suerte - contestó la chica, quitándole los esparadrapos del tirón. Jeff apenas lo notó, pero si agradecía no llevar esa molestia más. - Siento no poder hacer más por ti, Mis padres han salido y nunca me he encontrado con... Con Una situación como la tuya, pero se ve que necesitabas ayuda urgentemente, he hecho todo lo que he podido -
- ¿a caso no soy hermoso? - dijo el joven asesino, mirando a la chica malévolamente. - ¿por que haces todo esto? -
- me gusta ayudar a la gente y pensé que sería peligroso que te dejase tirado en la calle con un disparo de bala y... Bueno, tan herido como estás, que la policía está buscando a un peligroso asesino por lo que he escuchado -
- ¿y no has pensado que has podido meter en tu casa a alguien peligroso? - sonrió de medio lado.
- bueno... Lo pensé pero... ¿La gente puede cambiar?, no ya enserio solo quiero ayudarte dime ¿que te pasó? -
- ¿quieres saberlo? - ensanchó aun más la sonrisa, causando un escalofrío en la muchacha. - yo solo ayudo al mundo... ¿Por que enfrentarse a las mentiras?, ¿no es mejor ir a dormir para siempre? Si... Para eso existo... No me ha pasado nada, completa desconocida, esta perfección que ves - se señaló a si mismo - lo hice yo mismo. Yo y los acontecimientos que me ha preparado el destino para ayudar a la gente como tu...
- ¿a-acontecimientos? - tartamudeó la lolita, sentándose cerca de Jeff.
- veo que no lo entiendes... Será divertido contar mi historia por una vez, sin que sea juzgado...
- se recostó en la cama - ¿cuando vuelve tu familia?
- dentro de unos días... - respondió un poco confusa por la repentina pregunta.
- perfecto hoy descansaré aquí, creo que no me queda otra -
- ¿de nada? - cada vez estaba mas confusa.
- ¿como te llamas? -
- Victoria Arata ¿y tu? -
- Jeff, Jeff el asesino... Te contaré... Mi historia... -

La noche se hizo larga, sobre todo para la joven Victoria, que no paraba de dar vueltas en la cama de sus padres, sin saber que hacer. Ahora se daba cuenta del error que había cometido dejando entrar a un completo desconocido en su propia casa; pero ella no era de esas personas que se asustaban con facilidad o que huían de lo peligroso, al contrario. Era demasiado solidaria como para dejar a Jeff en la calle por sus crímenes, es mas, se sentía especial ya que el asesino no la había matado.
- "puede que solo necesite que alguien le comprenda... O puede que solo sea un pringado que se hace llamar asesino y me ha mentido..." - pensó, poniendo la almohada sobre su cabeza para intentar conciliar el sueño. Ella no sabía que Jeff era altamente peligroso. En su casa carecían de televisión y apenas cogía un periódico como para saber lo que acontecía a su alrededor.
- "mañana, mañana todo cambiará" - se dijo cerrando los ojos y recordando todo lo que el asesino le había contado antes de que se durmiera. Jeff sonreía en todo momento mientras la relataba lo que le había pasado y eso se grabó plenamente en la mente de la muchacha. No era posible que alguien hubiese pasado por aquello que la contó, de como peleó contra unos matones por su hermano y que por ello se llevaron a su querido hermano Liu a la cárcel, de como esa misma pandilla dieron una paliza de muerte al asesino, prendiéndole fuego y todo, dejándole el rostro tal y como lo tenía en ese momento... Pero lo peor era lo que hizo después Jeff... Victoria no daba crédito. ¡Se quemó los párpados, tallándose la sonrisa y matando a su familia por mentirosos, según él!
- "está loco... Pero..." - victoria se quedó mirando al techo mientras se sumía en sus pensamientos, recordando lo que hizo cuando Jeff terminó de contar el origen de su "perfección". Le había abrazado. Abrazó a un supuesto asesino como si nada, pensando que era lo único que el chico necesitaba, ¿que la estaba pasando? - "¡nah! de seguro se metió en una pelea callejera y toda esa historia es una mentira, necesita a alguien a su lado..." - se dijo volviendo a girarse en posición fetal, intentando dormir. Por otro lado Jeff tampoco podía conciliar el sueño. Se quedó mirando hacia la ventana con una extraña expresión en su rostro. Se sentía extrañamente raro y no era por sus heridas sino por la chica... ¿Por que tenía tanto afecto hacia él?, ¿por que era tan amable sabiendo que era un asesino?
La joven lolita había calado bien hondo en su alma por el simple hecho de que creía que le comprendía y respetó su historia sin llamarle loco. Se acordó de un cuento que le leyó su madre cuando era pequeño y sonrió. Desde luego siempre había una chica que cambiaba el destino de las cosas. Una mujer que aparecía de la nada y que se volvía protagonista junto al verdadero personaje... ¿Estaba enamorado?
- Que bonito todo... - Susurró logrando incorporarse de la cama, con una mirada asesina hacia la puerta - Una pena que esto no sea un cuento de hadas - sonrió sobremanera mientras se levantaba con cuidado y tarareó su canción:
- Corre o te encontraré... - caminó hacia la puerta mientras se relamía pensando en la sangre que iba a derramar esa noche, como el asesino que era y siempre sería. Con o sin alguien a su lado.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Jeff the killer -Blood and Darkness III


(Fanfic Jeff the killer)



Capítulo 3 - No Mercy

Jeff se paseó por la casa de sus víctimas, tranquilamente  incluso chapoteando en los regueros de sangre que dejó la familia. Se sentó en el sofá manchando sus pantalones con las vísceras del padre y sonrió, tan macabramente como siempre.
Esperó algún sonido o quejido extraño, pero después de matar a la niña todo se había quedado en un silencio sepulcral.
- Odio cuando dejáis de hablarme, o de gritar en tal caso - dijo al cadáver eviscerado, alzando una mano para quitarle importancia al asunto - Es igual, Que tengas buenas noches "padre" - rió, sacando de su bolsillo el trozo negro que usaba para poder hacer descansar sus ojos. Pensó en lo bien que se encontraba cuando la fina tela rozaba sus globos oculares y suspiró recordando el fatídico accidente.
No deseó en ninguna ocasión que no hubiese ocurrido todo aquello, ni siquiera de que por su culpa se llevasen a Liu a la cárcel. Solo maldecía a Randy, por todo lo que había sufrido, pero ahora Jeff era como debía ser gracias a él. Ahora era Jeff el asesino y el rostro que le había otorgado aquel bastardo y sus compañeros era perfecto. Sonrió una vez mas, ensanchando un poco sus talladas mejillas antes de dormirse profundamente.

Comenzó a soñar al instante, una extraña pesadilla en la que corría por una gran casa en ruinas sin rumbo fijo.
 No sabía lo que buscaba exactamente, solo entendía que debía encontrar algo importante y no tenía noción del lugar exacto en el que se encontraba. Subió unas escaleras pero siguió en el mismo piso, las subió de nuevo y no hubo cambio alguno.
- ¡¿Que demonios pasa?! - gritó intentando correr, escaleras arriba de nuevo, con su cuchillo en la mano. Entonces comenzó a escuchar un sonido extraño, como el oleaje del mar, por lo que se quedó quieto en mitad de aquella escalera interminable y una inmensa ola se lo llevó por delante desde el piso de arriba sin que pudiera siquiera preverlo. Se golpeó la espalda contra una de las paredes desvencijadas y corroídas por la humedad y el paso de los años. Sintió un inmenso dolor por todo el cuerpo y se quedó sin respiración. Una fuerte explosión hizo temblar todo el piso en el que se encontraba e intentó luchar con todas sus fuerzas, pero al cabo de un momento todo cuando había a su alrededor eran llamas que le hacían arder por completo.
Escuchó un grito que le hizo despertarse de golpe.
- ¿que...Que...? - Tartamudeó una joven muchacha de cabello dorado al ver la masacre desde la puerta de entrada. Mantenía las llaves del hogar en la mano, aunque temblorosa y una pequeña mochila a su espalda. - ¿Her-hermanita?, ¿Susy?, AAAAAAHH!! - gritó de nuevo al confirmar que aquellos cuerpos que veía desde el descansillo eran los de su pequeña hermanita y el de su madre
- !Oh!, vaya, creo que me he dejado a alguien con vida... - dijo Jeff poniéndose cómodo de nuevo en el sofá, aun sin apartar de sus ojos la endeble tira de tela negra -
- ¿quien... Quien eres? - tembló la chica entrando en el salón como una idiota en busca del peligro. Al ver a su padre eviscerado no pudo reprimir otro grito, ni llevarse las manos al rostro, temblando de miedo.
- ssssh! - Jeff se llevó un dedo a los labios para que callase - como ves he tenido una noche muy ajetreada jajajajajaja No grites de nu... - la chica gritó al verlo sentado tranquilamente en el sofá, sobre las vísceras del padre. - ains... Mira que te he avisado... - se llevó una mano a la cabeza, agarrando el trozo de tela y poco a poco fue descubriendo su rostro completo - Ahora tendré que matarte je,je - añadió complaciente mientras se levantaba y se interponía en un posible camino de huida hacia calle - ¿que prefieres?, ¿correr o ponerme las cosas fáciles? -
La chica salió corriendo por el pasillo, antes incluso de que Jeff pudiera terminar de preguntar. El asesino rió, sacando ambos cuchillos de sus bolsillos - ¡¡¡1,2,3 escóndete que te encontraré!!! - jugó con su víctima, arañando ambas paredes del pasillo con las hojas de los cuchillos, creando un camino sanguinolento en ellas.
La joven muchacha se encerró en el mismo cuarto de Susy, su hermana pequeña. Hizo una barricada con la pequeña mesa de la niña, entre otros muebles que agradecía que estuvieran ahí, Justo en el momento que Jeff dio un golpazo contra la puerta, asustándola sobremanera. La joven comenzó a llorar y a temblar en medio del cuarto sin saber muy bien lo que hacer. Se quitó la mochila, apoyándose contra un enorme baúl que había a los pies de la cama y comenzó a registra el contenido con la mayor rapidez que le otorgaba sus temblorosas manos hasta encontrar su móvil. Llamó a emergencias, con el corazón a mil y la mente centrada en que no tendría oportunidad de huir de allí, que moriría como el resto de su familia. Cuando por fin atendieron a su llamada apenas podía articular palabra, simplemente gritó:
- ¡¡ Ayúdenme, han matado a mi familia y yo...!! -
- tranquilícese por favor - rogaron a través del aparato, los únicos que podrían salvarla.
- qu-que hay un asesino en mi casa, por favor Necesito ayuda!! No se cuanto tiempo podré...
- chica mala, así no podré divertirme... - Jeff miró a la chica desde arriba, tumbado en la cama tranquilamente y le arrebató el móvil para poder hablar él a los operantes. - nada, nada, aquí solo estamos teniendo una agradable fiesta jajajajajajajajaja - Tras decir eso colgó y estampó el aparato contra una de las paredes.
La chica se alejó de la cama nada mas ver su malévola sonrisa, arrastrándose por el suelo hasta la barricada de trastos amontonados en la puerta
- Tendré que darte otra oportunidad... - Suspiró el asesino jugando con el cuchillo entre sus manos, sin moverse de la cama - La próxima vez recuerda que existen las ventanas - rió malévolamente y alzó el arma - ¡Vamos!, ¡¡¡1,2,3, escóndete que te encontraré!!!
Todo quedó en silencio. Lo único que se escuchó en ese momento era el respirar asustadizo de la muchacha y su llanto. Jeff gruñó, antes de levantarse y amenazar a la chica con el cuchillo sobre su fino y delicado cuello.
- ¿eres sorda o que...? - Ladeó la cabeza mientras arañaba la piel de la muchacha con su arma - ¡¡Que vuelvas a esconderte!! - dio patadas a todo aquello que obstaculizaba la puerta del cuarto para apartarlo - ¡¡corre o te encontraré, corre o te encontraré, CORRE O TE ENCONTRARÉ!!
El ataque de locura de Jeff hizo reaccionar a la muchacha que salió corriendo de nuevo al pasillo. Para desgracia de ella, el asesino había pensado en todo y atrancó la puerta que daba a la calle.
- no por favor... - golpeó la puerta, dejándose caer al suelo sin poder parar de llorar del puro terror. Cuando vio a Jeff acercándose de nuevo, lamiendo su cuchillo de manera macabra, se levantó de golpe y fue por el salón evitándole a él para pasar por otra ante sala con un enorme piano de cola - No es humano!! - exclamó corriendo y abriendo la puerta que daría al pasillo de nuevo. Miró a ambos lados, cerciorándose de que le había seguido por el salón y así tener una posibilidad de acceder a otra habitación, pero ¿Donde podría esconderse de tal monstruo?
- Te encontré!! - el cuchillo de Jeff centelleó con la claridad de la mañana, por encima de la muchacha, acabando por cortar la carne de la muchacha a partir de su hombro. La chica huyó mal herida, dando gracias de que el pasillo fuese interminable en ese momento. Jeff limpió su arma en la manga de su sudadera, indiferente a todo y siguió con la caza.
- esto está siendo muy divertido ¿verdad? - rió, pero se dio cuenta de que la chica había desaparecido de repente. - ¡¡Así me gusta!! buenos trucos para un buen juego...
Buscó en cada una de las habitaciones, mirando en los armarios, debajo de las camas, debajo de las mesas y en cualquier posible escondite para la joven, pero no logró dar con ella.
- Ahora si te has escondido bien... - se rascó la mejilla con la punta de su afilado cuchillo, volviendo al pasillo. Recayó en un pequeño reguero de sangre que no pertenecía a su masacre y que acababa justo en el centro de aquel lugar. Un poco extrañado por aquello, miró hacia el techo y sonrió aún más si podía. Desde allí se veía una fina cuerda que colgaba del techo dando la posibilidad de llegar a la entrada de una guardilla.
- Que lista, que lista... - Saltó para agarrar el cordel y tiró con fuerza hasta desplegar la escalera que le lleva´ria hasta su victima.
La joven se ocultó detrás de una serie de trastos de allí arriba, intentando aplacar su llanto levándose ambas manos al rostro y meciéndose dolorosamente. Al principio su mente siquiera reaccionó pero ahora era un cumulo de pensamientos erráticos que terminaban por darla la razón en cuanto a que estaba perdida. Comenzó a recordar la agradable visita que había echo a su chico y cuánto deseaba abrazarle en aquel momento. Deseó no haber vuelto a casa y dejar que los acontecimientos solo recayesen en los demás miembros de su familia, de manera cobarde, pero no pudo evitar desear aquella barbaridad para poder salvar su propio pellejo.
Viendo que el asesino no daba con ella, salió de entre los trastos y rebuscó con cuidado entre ellos, algo que le sirviese de arma; pero justo la luz del pasillo de abajo iluminó gran parte de la asquerosa guardilla olvidada. Jeff la había encontrado finalmente. Se escondió de nuevo y esperó, respirando hondamente para tranquilizarse. Quería sobrevivir a aquella pesadilla.
Jeff subió la escalera con rapidez y se asomó sonriente.
- Buen escondite, pero te encontraré ¿No tienes sueño? - comenzó a recorrer la guardilla sin siquiera acercarse a la chica. Dejó que el silencio volviese a envolverle antes de tirar una caja al suelo para ver si la joven se alertaba. No consiguió nada, ni el más mínimo susurro. - Aprendes rápido ¿verdad?, bueno... Se que estás aquí... No se porque no me hiciste caso y utilizaste las ventanas para escapar, esto ha sido un poco idiota por tu parte.
La chica chasqueó la lengua con fastidio, desde luego hubiera sido lo más sensato. Jeff se acercó cada vez más a ella sin percatarse y se giró pensando en que no podría ocultarse tras la avalancha de trastos viejos. La muchacha aprovechó para levantarse y golpearle con todas sus fuerzas en la cabeza con un viejo Hierro para chimeneas.
Jeff al suelo sobre sus manos, torciendo el gesto a causa del dolor.
- ¡¡Maldita...!! - exclamó, clavando la mirada en ella, quien volvió a golpearle, esta vez en la espalda. Se deshizo del hierro e intentó escapar de allí, pero Jeff la agarró por el tobillo y la tiró al suelo, clavando el cuchillo en una de sus piernas. La chica gritó de dolor, arañando el suelo hasta hacerse daño para intentar escapar de su opresor.
- El juego terminó - dijo el asesino logrando sujetar a su presa por la espalda. Sacudió la cabeza para lograr que la sangre de la brecha que le había hecho la chica en la cabeza no cayese sobre sus ojos carentes de parpados - No debiste hacer eso...
Antes de que la chica pudiera gritar de nuevo, Jeff la cortó el cuello y dejó que se removiese en el suelo en busca de aliento que se mezclaba con su propia sangre, haciendo que se atragantase. - Ya todo pasó, ahora duerme, cuidaré de tus sueños hasta que se haga el silencio - rió mientras veía tranquilamente como la vida de la chica abandonaba su cuerpo tras unas leves convulsiones. No se sintió satisfecho después de todo, aquella chica le había puesto las cosas "algo" difíciles finalmente, como si tuviese esperanzas de poder sobrevivir. Se agachó ante su cadáver y la agarró del pelo, aun riendo como un histérico, disfrutando del color de la sangre que caía aún del cuello casi cercenado de la chica.
- No es lo mismo pero te has merecido una linda sonrisa - dijo cortando con su cuchillo desde las comisuras de los labios de la muchacha, hacia sus mejillas, tal como se hizo a si mismo en un pasado cercano. Cuando terminó todo era silencio, como siempre y suspiró dejando caer a la muerta de nuevo.
Al bajar las escaleras se limpió el rostro pues la sangre de su cabeza manaba con rapidez, aunque su aspecto no daba a conocer que fuese él quien estaba herido, sino el artífice de aquella matanza y de muchas otras. Llegó el momento de salir de aquel sitio y volver a las inmediaciones del bosque. Caminó tranquilo, guardando sus cuchillos tras limpiarlos en su ya destartalada sudadera y abrió la puerta de la calle distraído.
- ¡No te muevas! - le gritaron una vez fuera.
- ¿Que demonios...? - exclamó sorprendido. Estaba rodeado, completamente atrapado por policías y coches patrulla. - Mierda... - Entró de nuevo en la casa, corriendo por el pasillo al mismo tiempo que los policías se apresuraban a darle caza, horrorizados por la brutal agonía que marcaba cada rincón de la casa. Dispararon a Jeff en su carrera por el pasillo hasta que saltó por la ventana, haciéndola añicos, huyendo por la parte de atrás. 
Un policía le apuntó justo en el momento en el que iba a saltar las vallas del patio trasero y disparó sin piedad al asesino.
El cuerpo de Jeff se contorsionó hacia atrás cuando la bala penetró en su espalda hasta salir por su pecho. Miró hacia atrás, escupiendo sangre antes de dejarse caer al suelo.

jueves, 2 de mayo de 2013

Jeff the killer - Blood and Darkness II

(Fanfic Jeff the killer)



Capitulo 2 - Dark Smile


Jeff se encaramó al cerco de una ventana y la abrió entre suspiros.
Después de buscar un posible camino a seguir tras quedarse sin su adorada arma, terminó en aquella calle, aquel vecindario desolado del cual todos querían huir y evitar.
El patio de atrás de la casa estaba tal y como él lo recordaba, por muchas cintas amarillas que le pusieran alrededor de la cerca, seguían persistiendo las mismas malas hierbas y cardos de siempre. Nunca llegaron a arreglarlo del todo, pero ahora que lo veía todo con otros ojos, le encantaban aquellas nimiedades.
Jeff había entrado con total impunidad en su anterior hogar, allí donde mató a la únicos familiares que tenía, pese a las advertencias policiales. "Crime scene - Do not cross" soltó una carcajada al observarlo desde la ventana de su cuarto, toda la casa estaba precintada. Que cómico se veía desde allí arriba.
Para él todo era como ir a un circo, un lugar en el que recordar las mejores experiencias que le habían llevado a ser quien era ahora. Su amplia sonrisa lo confirmaba. No era un maníaco homicida ni mucho menos, él era hermoso.
Se paró justo frente al espejo del cuarto de baño, sonriente a más no poder. El suelo estaba pegajoso y al recaer en ello no pudo reprimir una carcajada. La sangre, mezclada con el moho del techo y las humedades, revivieron en su mente el recuerdo de aquella noche, cuando el cuchillo le marcó de por vida a él a su madre, su padre y a Liu...
- Mi cuchillo - Dijo recayendo en su principal búsqueda. Bajó las escaleras directo hacia la cocina. Montó un gran alboroto tirando los cajones, con toda la cubertería, por el suelo, abriendo todos los cajones en busca de una nueva arma. No fue fácil pero los encontró. Dos armas perfectas, como la que él tenía con anterioridad. Suspiró aliviado y se guardó ambos cuchillos en los bolsillos de la sudadera. Una vez completados sus objetivos, la mente de Jeff dio un vuelco. Volvía a estar en casa y no se había dado cuenta hasta ese momento, o simplemente lo negó hasta entonces.
Se miró las manos tembloroso y luego se las llevó a la cabeza. Cayó de rodillas al suelo. Estaba solo en aquel maldito mundo que tanto mal le había causado, ahora ni siquiera podía llevarse un bocado en condiciones a la boca, no era nadie, para ninguno de los que aún no descansaban en paz.
Las lágrimas resbalaron por su rostro colándose por los recovecos de sus mejillas.
- ¿Por que... Por que no puedo descansar...? - se dijo entre sollozos - ¿Que más me espera...? -

Estuvo así largo rato, meditando si podía entre su dolor y la amargura. Pero finalmente lo comprendió, no necesitaba a nadie. Sacó uno de los cuchillos e hizo que la luz del mediodía iluminase la hoja. Sonrió de nuevo y se levantó lentamente.
- No puedo dormir aún, tengo que hacer que los demás descansen por mi - rió - tengo que llevarles con Liu, él estará solo si no le llevo amigos, no puede, él ahora es feliz -
Subió de nuevo las escaleras recorriendo con la mirada toda la casa polvorienta. ¿Cómo podía cambiar una fachada entera en unos cuantos meses?, no daba crédito, pero así fue. Aunque hubo algo que había cambiado más bien poco.
Avanzó hacia el cuarto de sus padres. Aquello apestaba, pero se sintió atraído hacia el escenario de la matanza.
Los cuerpos ya no estaban, se sintió decepcionado por un momento, aunque tampoco esperaba encontrar a sus padres de nuevo. Estaba solo, podía asumirlo de una vez por todas.
Se sentó con descaro en la cama y observó el dibujo de las salpicaduras de sangre por las paredes, la colcha, el techo y por el suelo, para él era algo hermoso. Y el momento fue aun mejor según lo recordaba:

Los disparos de esa noche alertaron al hermano de Jeff, el cual dio un brinco en la cama mirando a su alrededor. Allí no había nada.
- Habrán matado otro gato... - se dijo, recordando la poca paciencia que tenía la gente cuando esos animales estaban en celo y sus estridentes maullidos volvían loco a cualquiera. Se recostó, tapándose con las mantas hasta el cuello, al instante volvió a sentirse en paz e intentó conciliar el sueño; pero la puerta de su cuarto chirrió y la luz que entraba desde el pasillo dibujó en el suelo una horrenda figura chorreante. Liu escuchó una macabra carcajada que le obligó a volver a incorporarse.
Jeff saltó sobre él como un depredador, tapando la boca de su hermano para que no gritase.
- sssssshh! - le dijo, mostrándole el cuchillo que había asesinado a sus padres. - Liu... Tu seguro que me entiendes... -
La sangre de sus mejillas bañaron el rostro de su hermano. Liu comenzó a temblar. El miedo hizo que las lágrimas rodaran con la sangre de Jeff. El asesino agachó la mirada, apesadumbrado.
- veo que no, nadie lo entiende - Todo se quedó en un infinito silencio, solo roto por la respiración de ambos. Jeff odiaba el silencio, todo iba mal en la oscuridad de la noche cuando había silencio.
- Hermano... - comenzó a reír como un psicópata - Liu, Liu, Liu... Aún no te he preguntado cómo era el lugar al que te llevaron por mi culpa - Le miró a los ojos - Seguro que fue un verdadero infierno... Como lo es este mundo -
Jeff esperó alguna respuesta por parte de Liu, este se la concedió con un asentimiento de cabeza e intentó desasirse, pero no lo consiguió, Jeff ya no era Jeff. La sonrisa oscura que llenaba de terror la mente de Liu era respuesta suficiente para lo que iba a pasarle.
- Liu... Te voy a sacar de este infierno... - Alzó el cuchillo sobre el pecho de su hermano - Ahora solo cierra los ojos... 

Go to sleep...

Jeff contempló la habitación de su hermano desde el cerco de la puerta, reviviendo las imágenes de la matanza. Ahora todo estaba vacío. Sobraba el olor a humanidad por toda la casa. Pensó en todos aquellos que debieron pisar su casa al irse él al bosque y frunció el ceño. Volvió a su cuarto lentamente, como escuchando una caja de música, una agradable melodía que llamase su atención. Pero no era nada de eso, lo que sentía y escuchaba eran sus recuerdos, el placer del trabajo bien hecho.
Pasó la mano por la mesilla de noche, quitando el polvo de los meses pasados. Se recostó en la cama pensativo, queriendo hacer feliz a más familias como la suya, tan felices como lo era él ahora. Por siempre. No pensó que se quedaría dormido de aquella manera y en aquel lugar.
Se despertó bien entrada la noche. Era agradable no sentir por una vez el frío en sus huesos ni caerse de un árbol y despertarse en su mullida cama.
Alzó los brazos entre bostezos y se levantó de un salto, decidió replantearse el echo de que podía volver a casa sin problemas y así contar con un techo en el que resguardarse. Tampoco es que tuviese muchos vecinos que se alertaran de que él había vuelto.
Abrió la ventana y observó el desértico barrio. Nada hubiese ocurrido si hubiera estado tan tranquilo desde que él y su familia llegaron allí.
- ¿Que...? - Sacó medio cuerpo por la ventana para ver mejor - Bien... - Sonrió con malicia ante lo que veía.
A lo lejos había luces. Debía liberar a esas pobres personas de su penitencia, debía ayudarles a descansar.
Salió por la ventana y se escondió por los callejones hacia su objetivo.

Siempre es bueno que una madre lea un cuento a sus hijos antes de dormir, eso es lo que se repetía la madre se Susy, pequeña niña de cinco años que ya estaba preparada para descansar. Pero la pequeña seguía insistiendo para que su madre prosiguiera el relato que tenía en sus manos y así viajar por el mundo de los cuentos.
- No mas, a dormir que ya es muy tarde cariño - dijo la madre cerrando el libro y dejándolo sobre la cómoda. Se acercó a su hija y la besó en la frente tras arroparla bien. La pequeña refunfuñó, pero cuando su madre apagó la luz decidió cerrar los ojos tranquilamente.
El mundo de los sueños era tranquilo y Susy pudo jugar con un montón de muñecos que reían y cantaban en cuanto ella se movía por la nada. Parecía ser ella una muñeca a la que utilizaban, mas no importaba, era feliz, aunque la risa de uno de sus nuevos muñecos era aterradora...
Abrió los ojos despacio y persistía el sonido de las carcajadas.
- ¿mami? - Dijo a la oscuridad. Por suerte veía algo de luz proveniente del pasillo desde la puerta y pudo caminar hasta ella. Una vez en el pasillo volvió a llamar a su madre, pero no hubo respuesta por lo que exclamó a su padre por si era él quien reía.
Siguió caminando por el pasillo, agarrada a su osito de peluche.
Encontró a su madre tirada en el suelo junto a su teléfono móvil, con el cuerpo sobresaliendo desde el cuarto de baño.
- ¿mami? - repitió poniéndose de cuclillas y acariciando el rostro de su madre como hacía ella para despertarla. Sus manos se tiñeron del rojo carmín de la sangre de su madre. - ¿Mami? - la meció un poco - Mami, mancha ¿mami? -
Un cuchillo ensangrentado asomó por el cerco de la puerta del salón.
- Tu mamá está durmiendo... Tu papá está durmiendo... ¿Tu no duermes? - Preguntó Jeff, escondiendo su rostro entre las sombras de su capucha. Estaba todo cubierto de sangre, había sacado las tripas del padre y ahora el salón era un campo de vísceras del hombre sin vida. Pero la inocencia de la niña no la dejaba comprender el significado de aquello.
- No, quería reír - respondió, sorprendiendo al asesino - quiero sentirme bien y peluchón también - Se acercó hasta Jeff y alzó su osito de peluche - mira, es mi amigo, quiero reír como papa y mama -
Jeff soltó una sonora carcajada y el cuchillo comenzó a atravesar el peluche con ansia. La niña se apartó asustada, dejando a su "amigo" clavado en el arma de Jeff.
- ¿Queréis jugar...? - Dijo simulando tener una pistola con la otra mano y señaló a la niña - Pium, pium... Oh! que lástima... Has muerto... - Ladeó la cabeza de tal forma que las luces del pasillo comenzaron a alumbrar su rostro sádico y sonriente como la de un payaso. Comenzó a cantar acercándose a la niña:

"Puedo oír tus pasos...
Al correr en cada cuarto...

puedo oír el eco...
del temblor de tus jadeos...

Corre voy por ti...
ve a esconderte...
Corre voy por ti...
ve a esconderte...

corre o te encontraré..."

La niña estaba tan asustada que tropezó con el propio cadáver de su madre al retroceder.
- ¿Que... Vienes al bosque...? - tendió una mano a la niña, que no podía ni moverse del miedo. - ¡¡Que así sea!! - exclamó Jeff esgrimiendo su cuchillo una y otra vez sobre el estómago de la niña mientras reía como el lunático que era.

lunes, 29 de abril de 2013

Jeff the killer - Blood and Darkness


(Fanfic Jeff The killer)



capitulo 1 (intro)

-Mama... -
Las lágrimas de Jeff lucían con la pequeña bombilla que iluminaba el simple baño de la casa, así como la sangre que recorría sus mejillas blanquecinas. Aquellos ojos carentes de parpados se clavaron en los de Margaret, su madre, tan radiante como siempre pese a estar adormilada. No esperaba encontrarse con terror en su rostro, y mucho menos después de haberse tallado una sonrisa que le duraría de por vida. Quiso asegurarse de lo que veía:
-Mama... ¿A que soy hermoso...? -
Silencio. Era lo último que Jeff quería en aquel momento, pero lo hubo. Un silencio sepulcral.
-Claro que si cielo - Contestó su madre finalmente, con una sonrisa forzada - Deja que llame a tu padre para que vea lo bello que te has vuelto.-
Jeff se ilusionó tontamente, como un niño pequeño que acaba de recibir un cumplido. Siguió a su madre sin que esta se diese cuenta para sorprender también a su padre. Después de todo lo que había ocurrido, después de todo el mal que había pasado y su mente destruida hasta la locura, por fin iba a tener su momento de gloria.
- Querido - Escuchó decir a su madre para despertar a su padre, mientras él permanecía en las sombras. ¡Que ilusión le hacía! y que pronto le quitaron las pocas emociones que le quedaban:
- Querido, saca la escopeta - Margaret meció a su esposo para que despertase, al borde de un ataque de nervios.
Jeff no se lo pensó dos veces, el mismo cuchillo bañado con su sangre penetró en el cuello de la mujer una y otra vez, a la vez que su padre daba un brinco y rebuscaba debajo de la cama en busca del arma.
Era la primera vez que Jeff asesinaba a alguien, había luchado, había empleado toda su fuerza en sobrevivir, pero aquello lo hizo por inercia, por odio y porque descubrió el placer de la sangre en sus manos.
Sin percatarse de lo que acontecía a su alrededor, Jeff lamió la sangre de sus manos, calmando así el dolor que sentía de manera psicótica.
- ¡Monstruo! - gritó su padre, Arma en mano, apuntándole a la cabeza como podía pese al temblor de sus manos. Jeff ladeó la cabeza, por siempre sonriente cuando la sangre y las lágrimas dejasen ver lo que había creado en su rostro.
- ¿Tienes miedo papá? - Dijo alzando el cuchillo para lamerlo también.

El sonido de los disparos llegaron lejos esa noche.

Jeff se despertó, con los ojos doloridos como todas las mañanas y desquiciado por los sueños del pasado que eran más frecuentes que de costumbre. Se estiró, aun sin ver nada por la venda que llevaba a los ojos para poder conciliar el sueño. Se percató de que carecía de respaldo y cómoda cama en la que despertar, por lo que apunto estuvo de caer al suelo. Gracias a sus reflejos asesinos pudo encaramarse a la rama del árbol con un solo brazo y quedar suspendido de él, pero la venda si calló y la claridad de la mañana hizo que se le irritasen aún mas las retinas, no pudo evitar restregarse con las mangas de su sudadera ensangrentada, por lo que calló también él.
- Mierda... - refunfuñó dolorido mientras se ponía en pie y apartaba las hojas caídas de los árboles, tanto de su ropa como de su enredado cabello negro.
Se quedó largo rato mirando hacia la ciudad de la cual escapó hacía unos meses y a la que regresaba de vez en cuando, pero no para considerarlo un hogar, sino su patio de recreos personal. Su coto de caza.
Sonrió un poco y no pudo evitar bostezar. Se maldijo por ello.
- Ahora que había comenzado a cicatrizar... - Dijo llevándose las manos al rostro para parar la sangre que manaba de sus mejillas.
Recogió la venda de sus ojos, que era simplemente un trozo de tela negra de la camiseta que llevaba debajo de la sudadera. suspiró y tras meterla en su bolsillo se subió la cremallera asta arriba, para ocultar su eterna sonrisa, una vez mas sangrante para su desgracia. Se colocó la capucha y emprendió su camino por el bosque mientras cantaba:

"Ábreme la puerta...
Veo que ahí estás...
Huir no servirá de nada...

Ábreme la puerta...
Veo que ahí estas...
No puedes escapar ya es tarde...

Mira en la ventana...
Te hallarás con mi mirada...
Ojos aterrados...
Mas cerca quiero mirarlos..."

Alzó la mirada ante un árbol que le llamó la atención, estaba marcado por un circulo rojo, de seguro iban a talarlo. Observó a su alrededor y la calma que le embargaba en aquel bosque. Era perfecto, aquel sitio le serviría de cobijo por la noche y estaba a diez minutos de su antiguo puesto; además, no encontró rastro alguno de maquinaria, por lo que los leñadores iban a tardar en ir a aquel lugar.
Cada semana Jeff se veía obligado a cambiar de sitio por su posición en la sociedad. Era un temido asesino que no hacía feos a una buena presa humana y ante todo, le estaban persiguiendo.
- Liu... - Exclamó el nombre de su hermano al cielo, como si pudiese escucharle. La tristeza era presente en aquellos ojos oscuros y destrozados, pero al instante su expresión se borró para dar paso a una amplia sonrisa. - Dormir... Tengo que hacer que todos duerman como tu, hermano - Se encaramó al árbol y comenzó a escalarlo hasta una rama a media distancia del suelo y la rama mas baja. Observó los edificios en el horizonte, desde luego estaba lejos como para que le pillasen.
Marcó la rama varias veces con su cuchillo, el cual ya estaba bastante desgastado y oxidado; finalmente la hoja se desprendió del mango mientras llevaba a cabo la hazaña de marcar lo que "era suyo". Vio claramente como el metal caía hasta la rama de abajo y allí se quedaba clavada. Aún con el mango en la mano se había quedado atónito ante lo que había pasado.
- ¿y ahora que hago? - dijo rascándose la nuca, de nuevo miró al cielo y se quedó allí largo rato. Comenzó a echar de menos aquellas tardes con su familia, antes del traslado a aquel vecindario de egocéntricos, en las que decidían almorzar en el campo y a él no le dejaban ni tocar la navaja de su padre...
Dio un puñetazo al árbol, tiró el mango lejos de allí y se bajó enseguida, quería otra arma como su anterior cuchillo sin tardanza. Se estiró de nuevo y metió las manos en los bolsillos de la sudadera, emprendiendo el camino hacia la nada.

Fan Fiction




Saludos a todos mis lectores, que como siempre y por siempre apreciaré.
Os traigo una nueva sección para el blog que espero os emociones, ya que ha sido completamente una sorpresa para casi todos de vosotros de seguro.
Con miedo de no tener nada listo para cuando acabe DTB, decidí adelantarme a los acontecimientos y con ello os traigo fanfics de Yohans Dark.

Todo esto se ha llevado a cabo gracias a mis amigos, que me han soportado con ciertos personajes a los que seguro cogieron algo de asco por mi culpa.
Uno de ellos es Mansold, muchas gracias por el aguante y Karurosu Ashitaka el cual a seguido los inicios de un fanfic que subiré esta misma noche. Añado su foro pues tiene secciones bastante interesantes para todos:

Aparte he abierto una cuenta en DeviantART, que muchos me han dicho que va siendo hora:

Por último quiero invitaros a los más otakus y lectores en sí a que echéis un vistazo al negocio de un amigo mio y del cual se que más de uno puede beneficiarse de sus artículos ¡WonderlandComics! (si le seguís en facebook hará un grato concurso os lo aseguro -Link en su página-):

Y después de tanta publicidad gratuita (venga, mentidme y decir que no se notó mucho por fa), quisiera dar las gracias a todos y que no seáis pendejos, que leer es bueno y escribir os convierte en dioses no en idiotas.
Ya sabéis dejadme muchos comentarios y si queréis que haga esta sección en comuna, que lo he estado pensando también, así cualquiera de vosotros podría publicar aquí sus fanfic... Pero bueno, eso para más adelante.

¡ESPERO QUE OS GUSTE!

domingo, 21 de abril de 2013

Dificultades en tierra baldía XII

El gobierno vigilaba incansable el avance de los muertos vivientes, tanto en los alrededores de su sede subterránea como en las ciudades próximas. Aun con todo, la mentalidad humana es imprevisible; como en el caso del investigador Jasson, quien había recibido un mordisco de la criatura que mantenían encerrada para experimentación.
Tras devolver a la criatura a su prisión, atada en el interior de un tubo reforzado de metal y cristales antibalas, corrió a vendarse las heridas de sus brazos, en e mismo laboratorio. Para su desgracia, volvió su compañero antes de tiempo.
- ¡eh! ¿como va...? O dios mio... -

Unos pisos mas abajo, justo encima del mismo laboratorio, el presidente firmaba unos cuantos papeles sin percatarse del peligro que corrían, al menos hasta que las luces se apagaron y solo quedó el reflejo rojo de las luces de emergencia y el ruido de las sirenas.
- ¡no puede ser! - exclamó, levantándose de golpe y corriendo hacia la salida. - ¡¿que diablos ocurre?! -
- Una fuga del laboratorio señor - le alertó un miembro de la seguridad, demasiado joven para tal trabajo. - Venga, tengo que sacarlo de este lugar - al intentar coger al presidente de un brazo, recibió un tiro en la cabeza.
- Nadie se atreve a tocarme, insensato - dijo pasando por encima del cadáver del chico mientras guardaba la pistola. Se adentró lentamente en su recinto, buscando la salida mas directa hacia el exterior pese a no tener conciencia de lo que le esperaba allá arriba. Pero su determinación se vio detenida al verse cara a cara con uno de sus investigadores, babeante y cuya mirada desvelaba el vacío mas absoluto - ¡Mierda! - gritó, volviendo a desenfundar su arma y disparó una y otra vez a la criatura mientras daba media vuelta. El Zombie ni se inmutó, simplemente escupió materia negra y siguió andando hacia el presidente, quien intentó pararle los pies al enemigo encerrándose él mismo en una de las habitaciones.
Tras recuperar el aliento consiguió sellar la entrada con una de las mesas quirúrgicas de la sala; lo malo de aquel estúpido "mercenario", político e insignificantes hombre, era su poca cabeza para darse cuenta de que se había metido de lleno en la boca del lobo de nuevo.
El presidente fue agarrado por los brazos. Dos contagiados se iban a dar todo un festín a su costa, aunque la rivalidad de ambos muertos vivientes tal vez le darían la posibilidad de pensar en todo el mal que había causado por corrupto, lo que durase mientras le arrancaban las extremidades y terminase desangrado. Una corta vida para alguien que se creía superior a todos los demás, en vez de contribuir de alguna manera.

El dinero en aquellos momentos no ayudaban a nadie, como tampoco lo hacían los puestos importantes, lo único que contaba era la supervivencia. Como hacía Allan en esos momentos, correr en busca de ayuda por el hospital. Aunque no le soluciono sus problemas; Es mas, en muchas de las habitaciones que había recorrido se había encontrado directamente con más de aquellas criaturas, en su momento pacientes meramente muertos que al olor de la carne viva de Allan, habían despertado.
Se lanzó de golpe contra las puertas mecánicas del hospital, las cuales no abrían si
no era derribándolas, deseoso de salir de aquel penoso lugar. Allan no pensó en lo que hacía debido al trauma por el que estaba pasando, pero si se hubiese parado a ordenar los echos, se habría dado cuenta de que acababa de destruir cristal blindado, con el simple peso de su cuerpo.
Miró una sola vez hacia el hospital y luego se sacudió antes de salir corriendo hacia el laboratorio que frecuentaban él y el Dr. Varith, el C-R.
- ¡Hermana! - gritó golpeando la puerta de acero que cayó al suelo con un golpe sordo; Pero allí no había nadie. Suspiró intentando sujetarse en el marco de la puerta con su brazo inexistente, por lo que casi calló al suelo. - Entonces... - Se abrazó a si mismo, temblando - ¿Que hago ahora...? - Entonces recayó en un rayo de esperanza, del cual nunca creyó que se sostendría algún día: - Madre -
Salió corriendo de allí, saltándose cualquier protocolo requerido hasta entonces, el daño ya estaba hecho de todas maneras. Fue muy cuidadoso a lo largo del trayecto, yendo por las callejuelas y así evitando un gran numero de zombies; por desgracia, la ciudad entera era un hervidero de muchedumbre humana convertida en cadáveres. Pasando por una de las calles, dos de aquellas criaturas aparecieron justo delante suya y ya le habían visto. Fueron lentamente hacia él mientras retrocedía despacio, por su rostro pasaba un sudor frío por la impotencia de no saber como actuar en aquella situación. Vio la oportunidad de salir de allí por donde había venido, pero otros dos zombies le habían seguido por la retaguardia.
- Mierda... - exclamó, vigilando a todos sus atacantes babosos y deseosos de fundir su pellejo entre las fauces. Apenas tubo tiempo para pensar cuando uno de ellos saltó encima suya, se giró con rapidez para hacerse con la barandilla de una escalera de incendios cercana, la cual calló al suelo montando un escándalo. Pudo adelantarse a los acontecimientos y apartar a la criatura de un golpe en el costado con la barra de acero. Suspiró aliviado al ver que había salido de esa, pero no le dio tiempo a relajarse mucho. Corrió en zig-zag entre las criaturas, por suerte seguían un rumbo fijo y no pensaban en las consecuencias, como pasó con el niño que le atacó en el centro médico. Alzó la barra y destrozó la cabeza de uno de ellos. El mismo cuerpo se aferró a sus muñecas con ambas manos, pero Allan tiró hacia detrás, dejándolo en el suelo. Una y otra vez le golpeó, en la cabeza, en el pecho, en las piernas, en los brazos, al menos todo lo que pudo para destrozarle en el corto periodo de tiempo que los otros le dieron antes de atacar. Consiguió apartarles de su camino finalmente, aunque pese a una importante paliza, no había conseguido matar a ninguno de los cuatro definitivamente.
Frenó un momento, justo en frente de un escaparate que había sucumbido en gran parte a alguno de los ataques de las criaturas; aquello comenzaba a parecerle extraño, pese a todo lo ocurrido ya no se sentía extasiado ni cansado, es más, tenía más fuerzas que antes de la pelea con los cuatro atacantes en el callejón, y eso que había recorrido media ciudad corriendo. Ya podía ver la calle hasta su casa, desierta por suerte.
Entró en la tienda por el mismo escaparate y se acercó a aquello que le había llamado la atención: Un espejo intacto dentro de un probador de ropa.
Tragó saliva, no se había visto hasta ahora, podría parecer cualquier cosa, cubierto por la sangre de las criaturas y encima sin un brazo... Aquello podría traumatizarlo, lo sabía bien; aun así se acercó al espejo, una vez haber estado seguro de que estaba solo y no había peligro.
La barra de acero resbaló de sus manos al ver su aspecto finalmente, lo que pensó que podría destruir su mente no era nada comparado con lo que el espejo reflejaba. Se llevó la mano al rostro y dejó escapar una exclamación. Sus ojos eran de un dorado intenso, casi sin pupilas y  flotando completamente en dos globos oculares negros como la noche.
- Soy... Uno de ellos... -

¿LO SOY...? UN MONSTRUO CUALQUIERA... NO...

El sonido de sus carcajadas se escuchó a lo largo de varias manzanas lejos de allí.

sábado, 30 de marzo de 2013

Miedo y amor


Muchos dicen que la locura me ha invadido ¿por que? ellos huyen de eso que llaman "insomnio" y yo intento generarlo con motivo. El echo del descanso, la actitud de relajar el cuerpo y querer no volver a despertar jamás, sumido por esa nube de pensamientos y sueños que son solo ilusiones del peor postor...

Todo anuda mi mente con una cuerda floja que es mi camino a seguir. Mi ruta es mecida por un millar de voces que se esconden dentro de mi... Y aun con todo puedo seguir caminando a metros del suelo y sonreír a los demás ¿que importa?, ¿que queréis?, mientras que vosotros sigáis lo demás da igual ¿por que? porque siempre ha sido así. La soledad la llevamos en el interior, nuestros problemas, nuestras penas... Ya no puedo llorar mas ¿alguien me ha visto llorar ahora? no... Soy fuerte para apoyar a mis compañeros, para saltar sobre la cuerda con el fin de salvarlos, con miedo a caerme algún día. Pero siempre resbalo y no caigo, vuelvo a la vida, vuelvo a la lucha, ayudándolos a ellos sin esperar que entiendan lo mal que estoy sin tener pilares que sostengan la cuerda y ver cada día como las voces roen mi único sustento para poder sostenerme desde lo alto del vacío, al que al echar un vistazo cada noche, hace que se me hiele la sangre y comience a temblar.
Todas las noches lo mismo, una y otra vez, solo me queda rezar para que pase esta amargura pero... Decidí que he de seguir a delante, cansar el cuerpo hasta el extremo de que me toque descansar, eso o desplomarme donde sea, da igual. No puedo parar de pensar que no soy nada, que solo vivo para que mi existencia llegue a su fin y aun así aquí estoy, cada noche luchando contra ello y por las mañanas ayudando y escuchando a quienes mas quiero.
Caer,caer,caer... Cada noche lo mismo y luego saludar a todos con una sonrisa amarga.
Tic...Tac...Tic...Tac...
¿No hay nada que sostenga la cuerda desde tan alto? Resbalo de nuevo, la cabeza está a punto de estallarme de tantas voces, de tantos recuerdos que poco a poco se convierten en afilados cristales de un espejo roto. Ese espejo soy yo... ¿no hay nadie que me descuelgue de la pared que está apunto de dejarme caer?

Entonces si... Una suave brisa mece la cuerda, aunque apenas la mueve, del oscuro foso asalta a mi cuerda un imponente pilar de mármol perfectamente decorado, me parece tan perfecto que ni las grietas de su mala fama centrarían mi atención. Agarra la cuerda con fuerza, quiere que siga adelante y mi corazón que camine hacia ese pilar lleno de palabras bonitas.
Ok... Haré lo que sea, la lucha constante por el pilar que como mis verdaderos amigos, se aya encontrado atado a mi red de la vida, pero cuando llegue a él tendré que grabar la única palabra que deseo que se encuentre allí para siempre:
Te amo... Ya no tengo miedo...

miércoles, 27 de marzo de 2013

Gosick







He vuelto con otra reseña mas de esta gran serie, para ver en pareja ;D
Hacer hincapié en los personajes pues de seguro los más otakus conocerán de expomangas o expocomic de años anteriores.








Genero: Shonen, misterio, romance y acción.

Autor: Proviene de una novela ligera escrita por Kazuki Sakuraba e ilustrado por Hinata Takeda, se
hizo una adaptación al manga escrita por Kazuki Sakuraba e ilustrada por Sakuya Amano y la
adaptación al anime está dirigida por Hitoshi Nanba.

Emisión: Finalizada, comenzó a emitirse el 7 de enero del 2011 hasta el 2 de julio de 2011.

Nº de capitulos: 24

CARACTERISTICAS:

Valoración: 10

Originalidad: 10

Batallas: Peleas, como en la vida real, los personajes no tienen ningún tipo de habilidad especial
o poder, ni usan mechas o algo así, pero al ser la serie muy realista, estos momentos te llenan de
tensión.

Trama: 10

Personajes: 8

PERSONAJES:





Kazuja Kujo: Es un Japones que está estudiando en Saubreme (el país inventado de la serie), en la
escuela de Santa Margarita. Es bondadoso, caballeroso y humilde por naturaleza al ser hijo de un
soldado imperial, pero por causa de ello a tenido también que luchar contra la sombra de sus
hermanos, uno más inteligente y otro más fuerte en el pasado. Pero ahora, al llegar a la academia y
querer demostrar lo que vale, es confundido con una leyenda popular en la academia, el shinigami
que regresa en primavera, debido a su color de pelo, extraño en ese país y eso le impide hacer
amigos con normalidad en la escuela.




Victorique de Blois: Es una chica pequeña, que parece una muñeca. Vive en lo alto de la biblioteca
por cirscunstáncias que se explican en la serie, debido a su pasado se vuelve una persona solitaria,
caprichosa y de difícil trato (Tsundere), pero extremadamente inteligente. La historia gira gran parte
entorno a ella.









Cecile lafitte: Es la profesora de la academia Santa Margarita, dedicada a su trabajo y que se
preocupa por sus alumnos más haya de su trabajo, aunque es un poco miedica ante las historias y
muy patosa.





Shopie: Es la cocinera, amiga de la profesora, Kujo la suele hacer recados y ella le da tartas algunas
veces.




Avril Bradley: Amiga de Kujo, le empieza a gustar, pero no llega a ser siquiera miembro de un trío
amoroso, tiene poca relevancia este personaje la verdad, solo en su arco.






Grevil de Blois: Lleva un gran tupe en el cabello, es un detective de policía importante, aunque esto
lo logra gracias a la inteligencia de su hermana para resolver los casos y a cambios la da permisos
especiales para salir de la escuela... También usa a Kujo para no tener que hablar directamente con
ella porque no puede devido a una promesa y aunque obedece ciegamente a su padre, el cariño que
tiene hacia su hermana la llevara a tomar una decisión contraria a la que su padre desea.




Marques Albert de Blois: Padre de Victorique, es el líder del ministerio de lo oculto y quiere hacerse
primer ministro a cualquier coste, usando a las personas de su alrededor incluyendo a sus propios
hijos.



Cordelia Gallo: Madre de Victorique, rescatada de la mansión del Marques después de dar a luz a
Victorique, la cual se convierte en su motivo para seguir viviendo. Parece que tiene un pasado
oscuro...


Brian Roscoe: Enamorado de Cordelia, es feliz estando con ella, asi que intenta recuperar el tiempo
perdido y vive de su magia viajando y cuidando de ella. Parece capaz de estar en dos sitios a la
vez...

RESUMEN:

Gosick es una serie ambientada justo después de la 1ª Guerra Mundial, en el periodo de posguerra,
en un país imaginario llamado Saubreme, situado entre Italia y Francia, en los Alpes. La academia
de Santa Margarita es el lugar donde estudian la mayoria de los personajes y en el que suceden
algunos arcos de la historia, fue un antiguo deposito de armas de la corona, en el se desarrollara la
mayoria de la serie, pero no se trata del tipico anime escolar, de hecho nada de la historia surge en
las clases. En esta academia Kujo conocerá a Victorique y juntos irán resolviendo una serie de
misterios que se les presentan, tanto en la escuela como fuera de ella, en muchas ocasiones solo por
sobrevivir, gracias a esos misterios descubriremos el pasado de los personajes y el porque actuan de
esa manera, también conoceremos el propio pasado del país y su estructura política.

OPINIÓN PERSONAL:




Es una de las mejores series de romance que e visto, ya que combina una serie romántica sin echi,
con una serie de misterios que te mantienen pegado a la pantalla atento a la historia y que me
recordó a la época de mi niñez en la que veía Detective Conan. Pero lo bueno no es solo que los
misterios siguen una continuidad y están relacionados entre sí, sino que la trama se va
descubriendo a través de ellos, es decir, no son simples arcos de relleno, son parte de la historia y no
pueden quitarse, al ser ellos los que nos revelan enormes cantidades de información del pasado de
los personajes y el país y sobre lo que está pasando.
En cuanto a la estructura política de Saubreme, que es importante enterarse de ella antes de ver la
serie, aunque recomiendo verla dos veces para enterarte de más cosas, como la mayoría de las series
hay cosas que no te enteras hasta que la ves por segunda vez. En primer lugar está el rey, que tenía
poco poder de acuerdo a la época y quien manda en el gobierno está claro que es el primer ministro,
que es el director de la academia de la ciencia, que promueve el progreso y el avance científico.
Como oposición encontramos a la academia de lo oculto, que es la parte conservadora del gobierno
y busca volver a lo anterior, dominar a la población a través del misterio y la "magia".
Por otro lado están los sentimientos de Victorique y Kujo, que reflejan una manera distinta del amor
a la que se acostumbra hoy día, ambos quieren estar juntos, ambos hacen lo que pueden el uno por
el otro, pero no se dan cuenta de su amor, no se están diciendo todo el rato te quiero, simplemente
quieren estar juntos, lo hacen y así son felices, sin malentendidos, la relación no se dificulta ni se
estropea.

VALORACION:

100%, aunque no te gusten las series románticas, al no estar los personajes todo el rato
acaramelados y ser una serie realista, se pasara bastante bien, por otra parte los misterios nos
mantendrán pegados a la pantalla.