(Fanfic Jeff the killer)
Capítulo 3 - No Mercy
Jeff
se paseó por la casa de sus víctimas, tranquilamente
incluso chapoteando en los regueros de sangre que dejó la familia.
Se sentó en el sofá manchando sus pantalones con las vísceras del
padre y sonrió, tan macabramente como siempre.
Esperó
algún sonido o quejido extraño, pero después de matar a la niña
todo se había quedado en un silencio sepulcral.
-
Odio cuando dejáis de hablarme, o de gritar en tal caso - dijo al
cadáver eviscerado, alzando una mano para quitarle importancia al
asunto - Es igual, Que tengas buenas noches "padre" - rió,
sacando de su bolsillo el trozo negro que usaba para poder hacer
descansar sus ojos. Pensó en lo bien que se encontraba cuando la
fina tela rozaba sus globos oculares y suspiró recordando el
fatídico accidente.
No
deseó en ninguna ocasión que no hubiese ocurrido todo aquello, ni
siquiera de que por su culpa se llevasen a Liu a la cárcel. Solo
maldecía a Randy, por todo lo que había sufrido, pero ahora Jeff
era como debía ser gracias a él. Ahora era Jeff el asesino y el
rostro que le había otorgado aquel bastardo y sus compañeros era
perfecto. Sonrió una vez mas, ensanchando un poco sus talladas
mejillas antes de dormirse profundamente.
Comenzó
a soñar al instante, una extraña pesadilla en la que corría por
una gran casa en ruinas sin rumbo fijo.
No
sabía lo que buscaba exactamente, solo entendía que debía
encontrar algo importante y no tenía noción del lugar exacto en el
que se encontraba. Subió unas escaleras pero siguió en el mismo
piso, las subió de nuevo y no hubo cambio alguno.
-
¡¿Que demonios pasa?! - gritó intentando correr, escaleras arriba
de nuevo, con su cuchillo en la mano. Entonces comenzó a escuchar un
sonido extraño, como el oleaje del mar, por lo que se quedó quieto
en mitad de aquella escalera interminable y una inmensa ola se lo
llevó por delante desde el piso de arriba sin que pudiera siquiera
preverlo. Se golpeó la espalda contra una de las paredes
desvencijadas y corroídas por la humedad y el paso de los años.
Sintió un inmenso dolor por todo el cuerpo y se quedó sin
respiración. Una fuerte explosión hizo temblar todo el piso en el
que se encontraba e intentó luchar con todas sus fuerzas, pero al
cabo de un momento todo cuando había a su alrededor eran llamas que
le hacían arder por completo.
Escuchó
un grito que le hizo despertarse de golpe.
-
¿que...Que...? - Tartamudeó una joven muchacha de cabello dorado al
ver la masacre desde la puerta de entrada. Mantenía las llaves del
hogar en la mano, aunque temblorosa y una pequeña mochila a su
espalda. - ¿Her-hermanita?, ¿Susy?, AAAAAAHH!! - gritó de nuevo al
confirmar que aquellos cuerpos que veía desde el descansillo eran
los de su pequeña hermanita y el de su madre
-
!Oh!, vaya, creo que me he dejado a alguien con vida... - dijo Jeff
poniéndose cómodo de nuevo en el sofá, aun sin apartar de sus ojos
la endeble tira de tela negra -
-
¿quien... Quien eres? - tembló la chica entrando en el salón como
una idiota en busca del peligro. Al ver a su padre eviscerado no pudo
reprimir otro grito, ni llevarse las manos al rostro, temblando de
miedo.
-
ssssh! - Jeff se llevó un dedo a los labios para que callase - como
ves he tenido una noche muy ajetreada jajajajajaja No grites de nu...
- la chica gritó al verlo sentado tranquilamente en el sofá, sobre
las vísceras del padre. - ains... Mira que te he avisado... - se
llevó una mano a la cabeza, agarrando el trozo de tela y poco a poco
fue descubriendo su rostro completo - Ahora tendré que matarte je,je
- añadió complaciente mientras se levantaba y se interponía en un
posible camino de huida hacia calle - ¿que prefieres?, ¿correr o
ponerme las cosas fáciles? -
La
chica salió corriendo por el pasillo, antes incluso de que Jeff
pudiera terminar de preguntar. El asesino rió, sacando ambos
cuchillos de sus bolsillos - ¡¡¡1,2,3 escóndete que te
encontraré!!! - jugó con su víctima, arañando ambas paredes del
pasillo con las hojas de los cuchillos, creando un camino
sanguinolento en ellas.
La
joven muchacha se encerró en el mismo cuarto de Susy, su hermana
pequeña. Hizo una barricada con la pequeña mesa de la niña, entre
otros muebles que agradecía que estuvieran ahí, Justo en el momento
que Jeff dio un golpazo contra la puerta, asustándola sobremanera.
La joven comenzó a llorar y a temblar en medio del cuarto sin saber
muy bien lo que hacer. Se quitó la mochila, apoyándose contra un
enorme baúl que había a los pies de la cama y comenzó a
registra el contenido con la mayor rapidez que le otorgaba sus
temblorosas manos hasta encontrar su móvil. Llamó a emergencias,
con el corazón a mil y la mente centrada en que no tendría
oportunidad de huir de allí, que moriría como el resto de su
familia. Cuando por fin atendieron a su llamada apenas podía
articular palabra, simplemente gritó:
-
¡¡ Ayúdenme, han matado a mi familia y yo...!! -
-
tranquilícese por favor - rogaron a través del aparato, los únicos
que podrían salvarla.
-
qu-que hay un asesino en mi casa, por favor Necesito ayuda!! No se
cuanto tiempo podré...
-
chica mala, así no podré divertirme... - Jeff miró a la chica
desde arriba, tumbado en la cama tranquilamente y le arrebató el
móvil para poder hablar él a los operantes. - nada, nada, aquí
solo estamos teniendo una agradable fiesta jajajajajajajajaja - Tras
decir eso colgó y estampó el aparato contra una de las paredes.
La
chica se alejó de la cama nada mas ver su malévola sonrisa,
arrastrándose por el suelo hasta la barricada de trastos amontonados
en la puerta
-
Tendré que darte otra oportunidad... - Suspiró el asesino jugando
con el cuchillo entre sus manos, sin moverse de la cama - La próxima
vez recuerda que existen las ventanas - rió malévolamente y alzó
el arma - ¡Vamos!, ¡¡¡1,2,3, escóndete que te encontraré!!!
Todo
quedó en silencio. Lo único que se escuchó en ese momento era el
respirar asustadizo de la muchacha y su llanto. Jeff gruñó, antes
de levantarse y amenazar a la chica con el cuchillo sobre su fino y
delicado cuello.
-
¿eres sorda o que...? - Ladeó la cabeza mientras arañaba la piel
de la muchacha con su arma - ¡¡Que vuelvas a esconderte!! - dio
patadas a todo aquello que obstaculizaba la puerta del cuarto para
apartarlo - ¡¡corre o te encontraré, corre o te encontraré, CORRE
O TE ENCONTRARÉ!!
El
ataque de locura de Jeff hizo reaccionar a la muchacha que salió
corriendo de nuevo al pasillo. Para desgracia de ella, el asesino
había pensado en todo y atrancó la puerta que daba a la calle.
-
no por favor... - golpeó la puerta, dejándose caer al suelo sin
poder parar de llorar del puro terror. Cuando vio a Jeff acercándose
de nuevo, lamiendo su cuchillo de manera macabra, se levantó de
golpe y fue por el salón evitándole a él para pasar por otra ante
sala con un enorme piano de cola - No es humano!! - exclamó
corriendo y abriendo la puerta que daría al pasillo de nuevo. Miró
a ambos lados, cerciorándose de que le había seguido por
el salón y así tener una posibilidad de acceder a otra habitación,
pero ¿Donde podría esconderse de tal monstruo?
-
Te encontré!! - el cuchillo de Jeff centelleó con la claridad de la
mañana, por encima de la muchacha, acabando por cortar la carne de
la muchacha a partir de su hombro. La chica huyó mal herida, dando
gracias de que el pasillo fuese interminable en ese momento. Jeff
limpió su arma en la manga de su sudadera, indiferente a todo y
siguió con la caza.
-
esto está siendo muy divertido ¿verdad? - rió, pero se dio cuenta
de que la chica había desaparecido de repente. - ¡¡Así me gusta!!
buenos trucos para un buen juego...
Buscó
en cada una de las habitaciones, mirando en los armarios, debajo de
las camas, debajo de las mesas y en cualquier posible escondite para
la joven, pero no logró dar con ella.
-
Ahora si te has escondido bien... - se rascó la mejilla con la punta
de su afilado cuchillo, volviendo al pasillo. Recayó en un pequeño
reguero de sangre que no pertenecía a su masacre y que acababa justo
en el centro de aquel lugar. Un poco extrañado por aquello, miró
hacia el techo y sonrió aún más si podía. Desde allí se veía
una fina cuerda que colgaba del techo dando la posibilidad de llegar
a la entrada de una guardilla.
-
Que lista, que lista... - Saltó para agarrar el cordel y tiró con
fuerza hasta desplegar la escalera que le lleva´ria hasta su
victima.
La
joven se ocultó detrás de una serie de trastos de allí arriba,
intentando aplacar su llanto levándose ambas manos al rostro y
meciéndose dolorosamente. Al principio su mente siquiera reaccionó
pero ahora era un cumulo de pensamientos erráticos que terminaban
por darla la razón en cuanto a que estaba perdida. Comenzó a
recordar la agradable visita que había echo a su chico y cuánto
deseaba abrazarle en aquel momento. Deseó no haber vuelto a casa y
dejar que los acontecimientos solo recayesen en los demás miembros
de su familia, de manera cobarde, pero no pudo evitar desear aquella
barbaridad para poder salvar su propio pellejo.
Viendo
que el asesino no daba con ella, salió de entre los trastos y
rebuscó con cuidado entre ellos, algo que le sirviese de arma; pero
justo la luz del pasillo de abajo iluminó gran parte de la asquerosa
guardilla olvidada. Jeff la había encontrado finalmente.
Se escondió de nuevo y esperó, respirando hondamente para
tranquilizarse. Quería sobrevivir a aquella pesadilla.
Jeff
subió la escalera con rapidez y se asomó sonriente.
-
Buen escondite, pero te encontraré ¿No tienes sueño? - comenzó a
recorrer la guardilla sin siquiera acercarse a la chica. Dejó que el
silencio volviese a envolverle antes de tirar una caja al
suelo para ver si la joven se alertaba. No consiguió nada, ni el más
mínimo susurro. - Aprendes rápido ¿verdad?, bueno... Se que estás
aquí... No se porque no me hiciste caso y utilizaste las ventanas
para escapar, esto ha sido un poco idiota por tu parte.
La
chica chasqueó la lengua con fastidio, desde luego hubiera sido lo
más sensato. Jeff se acercó cada vez más a ella sin percatarse y
se giró pensando en que no podría ocultarse tras la
avalancha de trastos viejos. La muchacha aprovechó para levantarse y
golpearle con todas sus fuerzas en la cabeza con un viejo Hierro para
chimeneas.
Jeff
al suelo sobre sus manos, torciendo el gesto a causa del dolor.
-
¡¡Maldita...!! - exclamó, clavando la mirada en ella, quien volvió
a golpearle, esta vez en la espalda. Se deshizo del hierro e intentó
escapar de allí, pero Jeff la agarró por el tobillo y la tiró al
suelo, clavando el cuchillo en una de sus piernas. La chica gritó de
dolor, arañando el suelo hasta hacerse daño para intentar escapar
de su opresor.
-
El juego terminó - dijo el asesino logrando sujetar a su presa por
la espalda. Sacudió la cabeza para lograr que la sangre de la brecha
que le había hecho la chica en la cabeza no cayese sobre sus ojos
carentes de parpados - No debiste hacer eso...
Antes
de que la chica pudiera gritar de nuevo, Jeff la cortó el cuello y
dejó que se removiese en el suelo en busca de aliento que se
mezclaba con su propia sangre, haciendo que se atragantase. - Ya todo
pasó, ahora duerme, cuidaré de tus sueños hasta que se haga el
silencio - rió mientras veía tranquilamente como la vida de la
chica abandonaba su cuerpo tras unas leves convulsiones. No se sintió
satisfecho después de todo, aquella chica le había puesto las cosas
"algo" difíciles finalmente, como si tuviese esperanzas de
poder sobrevivir. Se agachó ante su cadáver y la agarró del pelo,
aun riendo como un histérico, disfrutando del color de la sangre que
caía aún del cuello casi cercenado de la chica.
-
No es lo mismo pero te has merecido una linda sonrisa - dijo cortando
con su cuchillo desde las comisuras de los labios de la muchacha,
hacia sus mejillas, tal como se hizo a si mismo en un pasado cercano.
Cuando terminó todo era silencio, como siempre y suspiró dejando
caer a la muerta de nuevo.
Al
bajar las escaleras se limpió el rostro pues la sangre de su cabeza
manaba con rapidez, aunque su aspecto no daba a conocer que fuese él
quien estaba herido, sino el artífice de aquella matanza y de muchas
otras. Llegó el momento de salir de aquel sitio y volver a
las inmediaciones del bosque. Caminó tranquilo, guardando
sus cuchillos tras limpiarlos en su ya destartalada sudadera y abrió
la puerta de la calle distraído.
-
¡No te muevas! - le gritaron una vez fuera.
-
¿Que demonios...? - exclamó sorprendido. Estaba rodeado,
completamente atrapado por policías y coches patrulla. - Mierda... -
Entró de nuevo en la casa, corriendo por el pasillo al mismo tiempo
que los policías se apresuraban a darle caza, horrorizados por la
brutal agonía que marcaba cada rincón de la casa. Dispararon a Jeff
en su carrera por el pasillo hasta que saltó por la ventana,
haciéndola añicos, huyendo por la parte de atrás.
Un
policía le apuntó justo en el momento en el que iba a saltar las
vallas del patio trasero y disparó sin piedad al asesino.
El
cuerpo de Jeff se contorsionó hacia atrás cuando la bala penetró
en su espalda hasta salir por su pecho. Miró hacia atrás,
escupiendo sangre antes de dejarse caer al suelo.