Nirsell V

Vale, eso no se lo esperaba. Había llamado a la enfermera por simple curiosidad de lo que hiciera Toni, pero no esperó que el enfermo mental le indicara que se acercase y que ella obedeciera, sonrojada. Lo peor fue cuando Toni le dijo que quería morderla y ella le undió la cabeza entre sus senos.
¿que era aquello?, debía estar soñando... Que narices, estaba teniendo una pesadilla, y encima, Toni parecía no querer hacerla daño, cuando él le deseaba lo peor a la chica, sin saber porqué. Entonces llegó el mordisco. La chica intentó zafarse de él pero Toni ya habia alcanzado a su presa. La sangre brotaba tenuemente y resvalaba por entre las comisuras de los labios de Toni.
- ¿Nir? -
Luego sangró con más intensidad, obligando a su amigo a abrir las fauces, para luego volver a incarle el diente...
- Niiiiiir -
Y más sangre derramada...
- Nir,Nir,Nir,Nir,Nir -
Miró a su alrededor. Nada había acontecido; Toni seguía tumbado esperando a que pulsara el botón, aunque daba muestras de haberlo intentado él mismo.
- ¿Estas bien Toni? -
- no,no,no,no,no,no, tardas si, Toni la necesita ya -
- vale, a mi no me importa - pulsó el botón.
Al instante apareció la mujer, quien puso mala cara al ver a Toni tumbado con ambos brazos estirados en direcciones opuestas y fatigado por el esfuerzo. Entonces Toni se relamió y la enfermera advirtió sus intenciones; pero también cayó en la cuenta de que existía algo nuevo y extraño en él, bajo control, eso sí.
Supo lo que era sin dudarlo, ya había expulsado a más de un demonio y sabía reconocerlos. Era muy poderoso, debía tener cuidado.
- Ven,ven,ven, Toni te necesita, si,si,si,si,si,si - reía el esquizofrénico
La enfermera tetona posó la mirada sobre Nirsell. Él también tenia algún vinculo con el demonio.
-eh,eh,eh, no me ignores, a Toni le duele muuuuuuucho, si,si,si,si,si,si -
La enfermera sonrió
- conque te llamas Toni -
- si,si,si,si,si,si, Toni es Toni, si -
- único - añadió Nirsell
- ya veo - debía llevarles a su casa, donde tenia lo necesario para un exorcismo; pero  le asaltaba la duda, ¿podía encargarse ella sola?, bueno, tecnicamente no estaría sola; su madre, la ayudaría como siempre, pero nunca había tratado con gente peligrosa, solo marginados y...
- eeeeeeeeeeh, no me ignoreeeees - volvió a gritar Toni
- no te ignoro - le dijo acercandose lo justo - solo pensaba -
- eso no sirve, no,no,no, no sirve -
Nirsell obserbaba en silencio, impaciente sin saber por que.
- se lo que te pasa - decidió ser sincera con el esquizofrénico - tienes un demonio en tu interior. Yo puedo encargarme de él -
- no,no,no,no,no,no, tu encárgate de Toni ¿si?, solo de Toni - respondió
- escúchame, tienes que venirte conmigo antes de que te ocurra algo; esto es jugar con fuego -
- ¿Fuego? - chasqueó los dedos varias veces
- si, fuego, peligroso -
- Harellerth es peligroso, si,si,si,si,si,si, pero solo quiere venganza -
- Harellerth, ¿así se llama? -
- si,si,si,si,si,si, es el demonio de Nirsell, si, ¿como lo sabes? -
- ¿que? - les interrumpió Nirsell - ¿un demonio? - ya no se sentia exaltado, ni mucho menos exaltado ni nervioso, ahora se sentía confundido. Pensó que aquello debía de ser una broma; Nirsell nunca había creido en esas cosas, y no iba a hacerlo ahora. - Ya,ya, estais de coña, ja,ja,ja, que gracioso; pero ya en serio Toni, ¿vas a morderla o que? -
- eso intento Nir -
- ¿queeeeee? - la enfermera se fue alejando poco a poco - ¡encima de que quiero ayudaros! -
Toni se removió, hasta enderezarse y agachó la cabeza. Luego, con ojos llenos de odio y rencor, se dirigió a la enfermera:
- No necesitan tu ayuda, miserable furcia, pronto no necesitarán ni sus vidas -
y cayó en un profundo sueño.
Las sabanas se mancharon de la sangre que manaba de las heridas recien abiertas de Toni.
- vale... Eso no me lo esperaba -
de repente comenzó a gritar y Nirsell se sobresaltó
- mira tú, que estás mas cuerdo - le dijo la enfermera - ven a ayudarme -
- ¿que vas a hacer? -
- inmovilizar a tu amigo para poder sacaros de aquí sin que la policia lo sepa -
Nirsell seguía pensando que él no necesitaba su ayuda, que solo era una marginada con pocas luces y falta de sesera. Pero luego se lo planteó mejos:
- Te ayudaré, pero solo con una condición -
- ¡soy yo quien quiere ayudaros!, bah, es igual dime que quieres; pero rapido, tengo que pararle la hemorragia con nuevas vendas y... ¡Venga, dimelo ya! -
- que dejes salir a la calle y hacer lo que le de la gana a Toni, la tarde entera -