Portada

Portada

martes, 21 de agosto de 2012

Dificultades en tierra baldía IV

Hermano...  Hermano... No me abandones... Allan...

La noche se hizo eterna bajo la luz resplandeciente de la luna llena y el mínimo brillo de un fluorescente en la habitación de hospital de la joven Elena. A su lado como siempre Allan aguardaba que progresara, al menos seguía viva... El tiempo diría si eso cambiaría o no...
- hoy es el examen Elena - dijo mirando su reloj, que marcaban ya las 2:30 de la mañana - te ayudaré lo prometo.
Elena no respondió, pero abrió los ojos, completamente rojos y sonrió un poco, era más de lo que la pobre muchacha podía hacer, tan enferma como estaba, con unos tubos en su nariz y en ambos brazos.
- No te esfuerces, aun no estás fuera de peligro, descansa, es ya muy tarde...

Pronto para algunos...

Y a primera hora de la mañana se alejó de ella, seguía viva. Su hermana seguía viva por poco... Debía darse prisa...

El Dr. Varith salió de su escondite, limpiando sus lentes mientras admiraba el amanecer. Era muy temprano aun, aunque no sentía la necesidad de descansar. Su experimento no iba como esperaba... Los muertos no volvían a la vida ¿como burlar a la muerte de nuevo? Comenzó a temblar y una lágrima de sangre le surcó el rostro. Se le cayeron las gafas al suelo.
- dos ataques en un día, cuatro de la madrugada y seis de la mañana - mantuvo la calma, memorizando los datos mentalmente y secando la sangre con un pañuelo. Sacó una jeringuilla de su bolsillo y se auto medicó pinchándose en el brazo, logrando que sus temores se pasaran.
- Está bien... Volvamos al trabajo, no tengo mucho tiempo... - Caminó hacia el interior del centro de nuevo.

 Al medio día se paseó por delante de las mesas de los residentes que estaban haciendo el examen de admisión al puesto que él mismo había impuesto. Deseaba comprobar si exactamente era alguno merecedor de ser su ayudante. A los que llegaron tarde directamente se les había denegado el acceso a la sala.
Había dos médicos más vigilando a los escasos alumnos deseosos por obtener el puesto. Pero el Doctor buscaba a la persona que de verdad creía en sus experimentos o que al menos hubiese indagado en ellos no solo escuchado por algún medio de comunicación, aquel que no buscaba el dinero sino el prestigio como él y que se viese que lucharía por ello...

Ninguno parecía merecer el puesto, incluso descubrió a dos chicos dandose las respuestas mutuamente. Al momento cogió sus exámenes y los rompió, obligandolos a abandonar la sala.
Paró frente a un muchacho joven que sonreía con cada pregunta que respondía, ¿habría descubierto las preguntas trampa que había puesto el Dr. Varith?
El muchacho alzó la mirada y su sonrisa se hizo más amplia, como si le conociese de toda la vida. Sus ojos azules, con una extraña decoloración roja en el contorno del iris, llamaron aun más la atención del doctor.
- si estás enfermo no puedes acceder al puesto bajo ningún concepto - susurró el Doctor para no molestar a los demás, poniendo una mano sobre su examen.
- no estoy enfermo Dr. Varith
- eso no es lo que veo
- usted me curó - respondió pidiendo permiso para proseguir con el escrito, el Doctor se lo permitió aunque receloso.
- no es posible eso que dices, no eres un interno del centro por lo que veo...
- hace quince años doctor, salvó a un niño enfermo de Enecu X18... Eso sí, ¿como lo hicisteis? es todo un misterio aún - El doctor parecía sorprendido por lo que el muchacho le decía, se quedó ensimismado mientras miraba como escribía en el examen. Hasta que el muchacho dejó el bolígrafo a un lado y se lo cedió.
- Así que al final sobreviviste... No lo creía posible... - dijo el Doctor cogiendo su examen.
- pues ocurrió y quiero poder ayudarle con su nuevo experimento -El Dr. Varith leyó su examen con interés, cosa que complació al joven - y podría decirme cómo consiguió...
- la formula para la cura del Enecu se perdió hace mucho, lo siento muchacho - mintió - ¿seguro que has terminado el examen? - cambió de tema
- sin duda alguna Doctor... -
- Muy bien... Allan Hasshen - se giró, dirigiéndose a los demás - ¡el examen a terminado, dejen todos los escritos en manos del Dr. Mehuly y Gurithel
- pero... Aun queda tiempo de sobra... - se quejó uno de los internos. Su examen fue despedazado antes de que le diese tiempo a acabar la frase.

Allan recogió sus enseres y con una sonrisa salió por la puerta como los demás muchachos.
- un placer... Dr. Varith... - dijo
El doctor hizo un leve movimiento con la cabeza para despedirse del joven y al desaparecer de su vista observó de nuevo el examen. Impecable, deseoso de ayudarle aunque sea para agradecerle la nueva oportunidad que le había dado. Pero era imposible, aun no llegaba a creerlo. No sabía con exactitud si lo que había logrado era bueno o malo, pero fuese lo que fuese, necesitaba tener al muchacho cerca, tal vez descubriera por fin la cura absoluta al Enecu. De ser así, el mismo Doctor podía ser salvado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario