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jueves, 6 de noviembre de 2014

Jeff the killer - Blood and Darkness VI

(Fanfic Jeff the killer)






Capitulo 6 - Fire

Jeff giró en redondo al escuchar la voz gutural que fue más como un taladro en su cabeza que
una voz de verdad; Pero allí no había nadie. Al oírlo de nuevo volvió a su posición original,
portando consigo ambos cuchillos, arañando el sello que había sido su perdición hasta el
momento, aunque la embriaguez le hizo resbalar al suelo.
- oh... Bueno - bebió sonriente, tratando de no pensar en las voces ni en los símbolos ni en todas
aquellas extrañas amenazas que le rodeaban sin cesar. Un sonoro latigazo vertió el contenido de
su botella al suelo, seguido de los cristales al hacerse añicos. Alzó la vista y así volvió a
encontrarse con él, aquel ser alto como los árboles sin rostro ni expresión alguna.
- que de... - apenas le dio tiempo a terminar la frase cuando se vio asaltado por varios tentáculos
que le amarraron sin piedad, lo que él visualizaba como ramificaciones sanguinolentas que
trataban de quebrarle brazos y piernas. El ser se acercó como queriendo observarle de cerca
pese a no tener ojos. De nuevo escucho la voz sanguinaria aparte de la suya propia que le
proponía correr como pudiera, lejos de allí.
ahora finalmente, el loco es cazado por la cordura
- ¡aléjate de mi! - gritó aunque sonriente, cortando todos los tentáculos al girar con maestría el
cuchillo, efecto que hubiera ocasionado daños en el cuerpo de cualquiera, menos en el de él.
Logró darle un cabezazo al ser, sin siquiera replantearlo, haciendo que desapareciera entre la
maleza, agitando todo cuanto había al rededor del asesino.
Al caer de espaldas al suelo, el cuchillo voló lo bastante lejos como para impedirle recogerlo
estirando el brazo. Se levantó lo más rápido que pudo, yendo directo hacia el arma, aunque una
vez mas fue agarrado por el extraño ser.
No lograrás escapar...
- ¡¡aaaaarg!! - gritó con fuerza, mordiendo al agresor con dureza; aunque con ello no consiguiera
zafarse, sino ser apuñalado en el brazo por un objeto punzante y oscuro. Las garras del hombre
alto, la dureza del diamante y el filo tan cortante como su alma. Jeff apretó los dientes por el
dolor, haciendo que su boca se llenase de sangre. El ser volvió a separarse del asesino, quien
escupió con asco y un leve regusto a bilis por el alcohol. Al mirarse las manos cayó en la cuenta
de que no era sangre, sino un líquido negruzco como los tentáculos y brazos del agresor. Gruñó,
esgrimiendo el cuchillo que le quedaba, cuando su corazón comenzó a latir con violencia,
haciendo que le temblasen las piernas y no pudiera moverse. - p-pe...
La ponzoña... Tu cuerpo pertenece al bosque... Al igual que tu mente...
- ¡¡NO!! - logró que sus músculos reaccionasen, tambaleándose al intentar salir del lugar,
corriendo sin parar entre los árboles, seguido del ser y el veneno que acababa poco a poco con la
poca cordura que le quedaba, mezcla del alcohol y todo lo que llevaba encima. La locura corría
más que sus pasos, tanto que los árboles parecían querer atraparlo como su perseguidor y su
visión se dificultaba, cuanto mas se alejaba. En el momento que giró la mirada para ver si era
perseguido, tropezó con una losa de mármol, cayendo al suelo por ello; cual sería su sorpresa al
posar las manos en el borde de un foso, al que hubiese caído si la suerte no hubiera estado de su
lado por una vez. - AAAAAHHH!!! - bociferó, cortando el aire a su alrededor, alterado mientras
retrocedía arrastrándose de espaldas en el suelo, hasta chocar contra un objeto bastante grande.
Lo golpeó en un intento desesperado por agredir al ser, aunque fuese en vano. Sus ojos quedaron
fijos en la lápida de piedra que le había obstruido el paso, aquella donde ponía el nombre de su
hermano "Liu" - Hermano... - sus manos tocaron las marcas en relieve de las letras donde
aparecía aquel nombre, aquella fecha en la que nació y en la cual falleció.
Por tu culpa...
- por mi culpa - se quedó de rodillas frente a la tumba de su propio hermano, dejándose
corromper por las ilusiones y el malestar del bosque maldito.
Debes pagar...
El perseguidor se acercó a él, desorientándole mientras el mundo daba vueltas y se distorsionaba
sin remedio, desvaneciendose en la oscuridad para luego volver a la "realidad" iluminando con
excesiva luz la tumba como si pudiera hacer que el muerto levantase del agujero en el que
estaba.
- p-pagar... - repitió, confundido y acongojado por lo que sucedía.
Si... Pagar con tu vida... Que ahora es mia...
Aquello hizo reaccionar al joven asesino, quien enojado giró sobre si mismo, clavando el cuchillo
sin piedad en el pecho de la criatura, dejando que la ponzoña bañase su rostro y su cuerpo, al
igual que la cara inexistente del ser.
- ¡no me engañas maldito! - gritó con violencia - ¡nunca más, ¿me oyes?! - se enfrentó a ello
duramente, mas que antes sin duda, sacando y clavando el cuchillo una y otra vez antes de que
el maldito pudiera desaparecer de nuevo en la lejanía, fundiéndose con el bosque. - ¡vuelve
cobarde! - Jeff se había convertido en el perseguidor, aunque la supuesta presa básicamente
podía con él.
Sin saberlo, volvió a estar en el mismo punto de encuentro como al principio. El árbol, donde su
preciado alcohol yacía derramado entre la hierba seca.
- ¡eso es! - "sonrió", mas si podía y sacó de sus bolsillos el encendedor, dándose la vuelta para
esperar a su agresor - ¡¿este es tu bosque?!, ¡¿esta es tu preciada creación con la que confundes
mi mente?!, ¡¡pues mira bien como arde!! - prendió la hierba, convirtiendo el líquido del suelo en
puro fuego a su alrededor, extendiéndose sin remedio por todo el lugar.
En un intento desesperado el alto ser trató de atraparlo entre las llamas, pero Jeff le fue
esquivando, soportando el ardor y la futura muerte. Llegó su momento y atacó, saltando sobre el
extraño, siendo teleportado de un lado a otro sin remedio, entre cambio y cambio dimensional
por todo el bosque. Las ramas rasgaron sus ropas, los tentáculos del ser le cortaban la
circulación por las manos mientras él trataba de destruirlo por completo. Hasta que ambos
cayeron, envueltos en llamas mientras sirenas de policía y bomberos se escuchaban en la lejanía
y el humo dificultaba la visión de cualquiera en la zona.

TU ALMA ES MIA...

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