Portada

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sábado, 8 de enero de 2011

Rol en vivo.

He pasado los dias tres y cuatro en una especie de juego de rol real con mis amigos, que no especificaré, para ahorrarnos las burlas de gente que nisiquiera les conocen y que juzgan de mala gana, para quienes ya sepan que amigos vinieron, fue un descojone y lo pasamos de PM (lo siento por Dario, que no pudo venir). Aquí contaré todo lo acontecido ya como personaje, más o menos porque no hay nadie que pueda meterse en el papel con esta gente jejeje:

- Hora_22:13

¡Salimos hacia la aventura!
Pensé que sería de otra manera, la verdad, pensé que nos estableceríamos en terreno llano, dos campamentos separados por unas ruinas y una especie de acantilado al fondo, donde deberíamos recoger el colgante de Isha, indispensable en nuestra contienda. Uno de los campamentos liderado por nuestro enemigo, el Caballero de Lys y sus hombres; y el nuestro, liderado por el ser más mortífero y despiadado, el Señor de la Guerra, Kilik. Nos completan: Nix, nuestro mago negro; Garm, guardia personal del señor de la guerra, y cuya persona me puso a disposición de mi maestro.
Mi indumentaria no es la mejor elección para el escarpado terreno que nos espera. Sea como fuere, no voy a decepcionar al maestro. Mira que equivocarme... Pero ¿quien hubiera pensado en piedras resbaladizas, profundos fosos y estar a orillas de un río desconocido, plagado de seres extraños y cuyas aguas cambian de aspecto a los aventureros que osen adentrarse en él.
(suspiro) cuando mi maestro me reclutó, no me esperaba nada de esto. Aun así, bien, estamos listos para lo que sea, ya nos las apañaremos; excepto con la luz, y os lo explicaré a continuación:
Antorchas: 0; Velas: poco eficaces; pequeña caja de metal impregnada en combustible (alias: Zippo): ineficaz.
Optamos por la solución más facil: Los contactadores de mentes. Nos fue de gran ayuda, pero no pudo remediar algunas de mis caidas por mi poco estudio de estos parajes.

- Hora_1:25

Hace un momento llegamos a lo que creíamos que eran las ruinas donde estaría nuestro asentamiento. Pero no era aquel. Decidimos parar a descansar. Nuestro mago negro (Nix) se separó un poco del grupo para descargar una pesada carga, de hace dos días al parecer. Por desgracia, no hizo caso a los sabios consejos
de Garm "hagalo en el lugar en el que el viento sople". El se fue al contrario, y el tufo fue inaguantable. Por suerte, el maestro y yo llevamos tapabocas. No puedo decir lo mismo del guardia personal, ni del propio mago, que sufrió el poder de su propia magia. El maestro no paraba de reir.

- Hora_2:40

El infierno se cernió sobre nosotros cuando nuestros oponentes cargaron "silenciosos" contra nosotros, acercandose "sigilosamente" de frente a nosotros. Por la falta de luz, no sabíamos si eran ellos o no, así que intentamos llamar su atención haciendo bufonerías y usando los contactadores de mentes, para confirmarnos su posición. Al darse cuenta el enemigo de nuestras intenciones, salieron de su escondite y cargaron contra nosotros, sin piedad. Una flecha alcanzó a nuestro mago, matandolo en el acto (tampoco nos hubiera servido de mucho, pues no confeccionó ningún talismán de poder y ellos sí que tenian demasiados). Luego nos dejó sin nuestro guardia personal y yo cargué contra uno de sus caballeros blancos y... ¿pero que coño?, ¿me ha matado?, ¡yo le he dado!, ¿no?, ¡que cabrón, he muerto!
Mi maestro fue el blanco de cuatro de nuestros enemigos. Estalló, literalmente, el mandoble contra el escudo del caballero de Lys, haciendo que la hoja centalleara en el cielo y se separase del mango. Aun así luchó hasta el final. Comenzaron a lloverle flechas en todas direcciones; ¡zas!, esquivó una que le hubiera dado en la cara por su derecha, otra que iba hacia la izquierda y, finalmente, tubo que saltar para esquivar una flecha un tanto contradictoria y que confirmaba la punteria del atacante. Luego sentenció la muerte del caballero de Lys lanzandole el mango; pero volvió a la batalla, gracias a uno de los talismanes. El mismo caballero que me mató intentó atacar a mi maestro con un mangual; pero, majestuosamente, logró arrebatarle el arma y comenzó a darle vueltas por encima de su cabeza hasta que la bola salió disparada y estalló la cadena que lo sostenía en la cabeza del caballero de Lys, quien esta vez si murió. Por desgracia, el caballero que me mató, acabó también con mi maestro.

- Hora_3:20

La batalla nos dejó vastante maltrechos, pero por suerte o para su desgracia, nos revivieron y nos dejaron seguir nuestro camino; pero ¿adonde ir?, ¿donde nos dirigíamos?, ni siquiera el maestro lo sabia. Antes de marcharse, el caballero de Lys me hizo llamar. El maestro, aunque receloso, dejó que fuera con él.
Se presentó formalmente, cosa que no hizo con ninguno de nosotros, excepto con el maestro. Dijo que se llamaba Valiant (sin comentarios al respecto) y lo que lo que pretendía era, ni más ni menos, que traicionase al maestro.

- Hora_ 3:45

Aun con las palabras de Valiant resonando en mi cabeza, y solo cuando ellos se hubieran ido, Nix se sentó en las piedras y fue confeccionando los amuletos, que ya deberíamos de tener en nuestras manos. Mientras tanto, nosotros nos dispusimos a buscar las flechas caidas y nos encontramos con una desagradable criatura apestosa y con músculos que nos advertía a volver sobre nuestros pasos. Más tarde comprendimos que la criatura era la combinación de lo anteriormente expulsado por Nix y sus propios poderes. No intentéis pensar mucho en ello, no sabeis de lo que son capaces los magos negros.
Retomamos nuestro camino por un sendero llano, pero volvimos a perdernos y lo dejamos estar. Pero la próxima vez, solo la próxima vez, serán los malos quienes ganen la batalla. ¡Maestro Kilik, nunca nos rendiremos, nunca le daremos la espalda, le alabaremos a vos y a nuestro dios Kerberos!
(que quede claro, Valiant, Nunca traicionaré al mal, y mucho menos con esa "gente" que os sigue).

FIN.

sábado, 1 de enero de 2011

Nirsell VII

Toni corrió de un lado a otro felizmente, en un largo pasillo poco iluminado.
Se veia a si mismo como traspasando un tunel y eso le hacía sentirse como cuando era niño (un poco más niño de lo que ya es). De repente el suelo cedió bajo sus pies; pero él reía y reía sin parar, agitando los brazos como un poseso.
Cayó de bruces contra el suelo laminado de un enorme salón con chimenea y una gran mesa rectangular con tres sillas a ambos lados; la caida no le dolió, se levantó e intentó familiarizarse con el entorno. La sala le era muy familiar... Entonces vió a un muchacho repeinado, con ropa cara y un enorme Rolex de platino. El chico le miró de reojo y sonrió, antes de perderse por la puerta que daba a la cocina, ¿la cocina?, ¿como sabía que era la cocina?.
Toni le siguió, el chico había cogido un cuchillo y se giró a él con una calida sonrisa para pedirle que no hiciera ningún ruido, luego señaló al frente y Toni vió a una niña llorando, en medio de un riachuelo de sangre que bajaba desde sus rodillas. A la niña le habían partido las piernas.
De repente el muchacho fue cambiando; sus lustrosas ropas quedaron rasgadas y llenas de sangre, el hermoso Rolex estaba ahora roto e inservible y el pelo del muchacho desgarbado como el de Toni. Unas enormes ojeras surcaron su rostro.
Toni dió un brinco acia atrás, estupefacto.
- ¡Tu soy yoooo! -
- no Toni, soy solo tu recuerdo -
- ¿recuerdo? -
- el recuerdo de cuando cambiaste, acabas de ver lo que eras, y lo que eres -
- no,no,no,no,no,no, no me engañas no, no me engañas -
- ba, que mas da, ¿no te arrepientes de nada? -
- no - sonrio
- entonces... ¿Nos comemos a tu hermana? -
Toni miró a la niña. Si, era su hermana.
- vale - le dijo sin contemplaciones
- ¿haces los honores? - le dijo su cópia, mientras le cedía el cuchillo
- si,si,si,si,si,si, trae para acá -
- vale,vale -
Toni avanzó hacia su hermana esgrimiendo el cuchillo de una mano a otra. Luego, la cogió del brazo y la zarandeó con tal brutalidad que consiguió dislocarle el hombro, y fue cuando le clavó el cuchillo en la articulación una y otra vez, hasta que el brazo de la niña estuvo separado de su cuerpo, por completo.
Toni mordió con todas sus fuerzas y cerró los ojos para disfrutar del momento.
- Aaahhh, ¡maldito demonio! -
Toni abrió los ojos de par en par, ya no tenía el brazo de su hermana, sino el de un viejo que no llegó a reconocer.
- Aaaaahhhh, - exclamó él, al tiempo que le soltaba y escupía al suelo - que asco, que asco, que asco -
- pare Coña, ya es Toni - le advirtió Nirsell
- que asco, que asco, que asco -
- tampoco habrá sido para tanto, digo yo - enfureció el viejo
- que asco, que asco, que asco -
De repente se quedó petrificado y cayó al suelo
- ¡Toni! - gritaron Nirsell y la "enfermera" al unísono.
Toni había vuelto a desmayarse por la pérdida de sangre que había dejado tras la pelea de Harellerth contra Coña; aunque Toni estubo ausente cuando el demonio salió a escena, allí tuvo lugar una trifulca un tanto extraña, a favor del viejo.
Coña se enfrentó a Harellerth, que no le puso las cosas fáciles, y el mal hubiera ganado sin duda, de no ser por la aparición de la madre de la tetona, que bajó corriendo al escuchar gritar a su hija. Harellerth estubo a punto de tomarla como rehen, ¿para que querría un demonio una rehen? esa es la cuestión (Harellerth aun pensaba más como humano que como demonio), y ese pequeño fallo hizo que tubiese que retirarse, antes de que la mujer pudiera expulsarle del cuerpo de Toni con unas sencillas palabras.

Nirsell volvió a coger a Toni y lentamente emprendieron el ascenso por las escaleras.